Los jóvenes cubanos están bastante inmersos desde hace poco más de un año en la iniciativa de las ventas de garaje, pues les proporciona una buena alternativa para adquirir nuevos ingresos. Sobre todo en los tiempos de mayor confinamiento durante el año pasado, la juventud (la mayoría universitaria) decidió optar por esta versión de las Garages Sales estadounidenses para, además, brindar una buena y barata oferta de ropa y calzado a la población en medio de la severa crisis de desabastecimiento que sufre el país.
El Vedado es uno de los barrios donde resulta más frecuente divisar estas prácticas, pues hay una grandísima población joven y constituye una de las zonas más céntricas de La Habana.
Muchos acuden a las redes sociales para promover sus iniciativas y ofertas, tanto WhatsApp como Facebook, Telegram, Instagram o TikTok. Suelen ofrecer servicios en un horario fijo: de 10:00 a.m. (luego de hacer inventario y organizar toda la mercancía) a 6:00 p.m.
Diana Hernández, una estudiante de Medicina, declaró que sus amigas y ella comenzaron a hacer este tipo de eventos en 2019 (el 18 de junio, específicamente) con motivo de recolectar y sacar provecho de todo lo que sus familiares y allegados no quisieran, así le hacían un favor deshaciéndose de los trastos.
Pronto se dieron cuenta de que estaban realizando una labor social, pues la mayoría de la gente que se acercaba a comprar se alegraba de que pudiera encontrar productos con calidad y a buen precio en medio de esta terrible escasez. En estas ventas, los precios no suben de los 250 CUP.
Hernández señala que tuvieron varias reacciones de agradecimiento de los visitantes, lo que les causa mucha satisfacción.
Las ventas de garaje emergieron como alternativa con el agravamiento de la carencia predominante a nivel nacional. La pandemia y el distanciamiento social le «pusieron la tapa al pomo», por lo que este tipo de negocio fue cobrando mayor organización gracias a grupos de WhatsApp y canales de Telegram, los cuales ofrecen servicio a domicilio.
Dainary Nápoles, usuario de estos grupos de venta, asegura que no habría asumido el gasto del servicios a domicilio si no fuera por la situación actual porque «realmente en Cuba no había mucha cultura» del mismo. Añadió que una clienta que la contactó para comprarle algunas cosas había incluso «contactado con otros vendedores para aprovechar el mismo viaje».
Aseguró, entonces, que la opción le ha resultado provechosa, vendiendo artículos a los que ya no les da uso con el interés de poder adquirir otros.
Pese a las circunstancias apremiantes por las que atraviesa el país, estos pequeños negocios especializados han encontrado la forma de mantenerse productivos, potenciando el uso de plataformas online para ofertar productos que, de otra manera, no podrían ser adquiridos.