Las autoridades estadounidenses con el apoyo del servicio de Inteligencia de México desactivaron un extenso entramado controlado por una mafia rumana, presuntamente liderada por Florian Tudor ‘El Tiburón’, que se dedicaba al tráfico de indocumentados cubanos, gracias al apoyo de una red de políticos mexicanos que le ayudaron a extender sus operaciones por toda la nación azteca.
La Unidad de Inteligencia Financiera de México le congeló las cuentas bancarias a varios políticos de Quintana Roo, uno de los destinos principales donde se asienta la comunidad cubana que llega a ese país.
Según las investigaciones indagatorias realizadas por el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) revelaron que esta banda de rumano se dedicaba al tráfico de migrantes cubanos, en su mayoría con fines de explotación sexual, o para extorsionar a sus familiares en Estados Unidos.
En el tráfico de personas, uno de los actores clave es José Luis Jonathan Yong Mendoza, ex secretario de seguridad pública de Cancún y aspirante a diputado local por el Partido del Trabajo y Morena; así como su padre José Luis Yong Cruz, quienes el FBI considera que forman parte de la red que trafica indocumentados cubanos que arriban a las costas quintanarroenses.
Además de Francisco Evadio Garibay Osorio, ex director del Instituto del Patrimonio Inmobiliario de la Administración Pública con el entonces gobernador Félix González Cantú y su hijo Iván Eliud Garibay Pulido, quien fue director jurídico de gobierno del estado en la Zona Norte durante el gobierno de Roberto Borge.
De acuerdo a indagatorias que comenzaron desde el 2014, el empresario Luis Manuel Álvarez Adán conocido como “El Cubano” por ser originario de ese país, acusó a los Garibay a recaudar cuotas para organizaciones criminales y el trasiego de cubanos desde las costas de Cuba hasta las de Quintana Roo con ayuda del entonces gobernador Roberto Borge.
“El Cubano” fue detenido acusado de extorsionar a otros empresarios de Cancún y en julio de 2018 murió ahorcado en un presunto suicidio en una celda de la cárcel de Cancún.
Autoridades de México y de Estados Unidos continúan rastreando las rutas de tráfico de personas, de indocumentados cubanos y la explotación sexual de mujeres en que participa la mafia rumana desde Quintana Roo.