Se dio una manifestación de cubanos varados en Nicaragua frente a la sede de la Embajada cubana en Managua, pero la policía prontamente apareció para aplacar los disturbios que exigían regresar a la isla.
Los cubanos manifestantes reclamaban a gritos que querían regresar a Cuba de inmediato porque no podían continuar pagando hospedaje y comida, pues las restricciones de vuelos y cierres de fronteras impuestos por la situación epidemiológica mundial en la actualidad obligó a las administraciones a tomar estas medidas.
Algunos gritaban que preferían que los apresaran de una vez para dejar, aunque sea, de cargar con gastos de estancia innecesarios, causados por las demoras y las medidas sanitarias por la pandemia.
Una manifestante incluso llegó a intentar calmar a sus compañeros y terminar con el acto porque las autoridades consulares no iban a resolver nada, sino que iban a obviar la situación y ninguna información del suceso llegaría a oídos de los responsables en Cuba.
Los afectados se quejaron porque cancelaron sus vuelos, no dieron explicaciones ni respuestas a las interrogantes planteadas por ellos, ni habilitaron albergues pagados por el Estado o la Embajada por las molestias causadas. No tienen lugar donde dormir que no sea un hospedaje remunerado, el aeropuerto o la propia calle.
Anteriormente, la aerolínea venezolana Conviasa los obligó a viajar de Cuba hacia Nicaragua, pues habían comprado el boleto de avión un año antes pero tuvieron que posponer el viaje tras la llegada de la COVID-19. Luego de tantos meses de demora, la empresa dio un ultimátum con que si no viajaban, tendrían que pagar una penalización de 300 dólares.
El regreso estaba asegurado para el 28 de enero, pero nunca salió y aún están varados. Algunos tienen familia que depende de ellos en la isla, como una cubana que tiene un hijo de 8 años esperando solo.
Denuncias han habido sobre la tranquilidad y el menosprecio con que las autoridades pertinentes están tratando el asunto.
Muchos han alegado que están sobreviviendo de la caridad de otros cubanos residentes permanentes en Nicaragua, quienes les están cobrando el hospedaje y la alimentación a precios de subsidio.
18 cubanos se ven en esta situación, los cuales se alojan en el Hotel La Estancia «casi de gratis». Un allegado del dueño del hospedaje comentó que lo permiten como un gesto humanitario, y es justo el tipo de ayuda que reclaman los manifestantes, mientras que otro individuo lamentó la actitud de la embajada hacia sus propios ciudadanos, calificando de «inhumano» lo que están haciendo con ellos.
La pareja recalcó que la situación en la que se encuentran es muy complicada, porque un matrimonio cubano residente en Managua los está ayudando cobrándoles el mínimo por la estancia, pero ellos también tienen sus gastos y cuando no puedan pagar estrán literalmente viviendo en la calle.
Conviasa, compañía aérea venezolana, y la Embajada de Venezuela explicaron a los cubanos varados que es el Gobierno isleño el que no permite el vuelo, además de exigir un PCR negativo que en Managua cuesta 150 dólares, pago que no se pueden permitir.
Una de las personas perjudicadas esclareció que fue a comprar a Nicaragua con billetes de ida y vuelta para volver a Cuba en cuestión de una semana, pero que no ha sido posible regresar.
El 6 de febrero entró en vigor una nueva reducción de las frecuencias de vuelos procedentes de países de la región con mayor incidencias de casos de coronavirus, para intentar frenar el pico de contagios, informado con cierta antelación por el Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba (IACC).
La entidad también alertó que se cortarían conexiones con Haití y que se mantendrían suspendidas los vuelos a Trinidad y Tobago, Nicaragua, Guyana y Surinam.
El sitio web de Conviasa advierte que se les exigirá un PCR negativo a los viajeros que se dirijan a Nicaragua y Venezuela, mientras que no está disponible, temporalmente, la opción de reservar un boleto de regreso a Cuba desde Nicaragua y viceversa.