Posemos la mirada hoy en el centro del país, en la provincia de Villa Clara, donde se encuentra San Juan de los Remedios, la octava villa fundada por los conquistadores. Es un lugar de visita obligatorio para todo aquel que disfrute de la arquitectura cubana colonial, pues su centro histórico fue declarado en 1980 Monumento Nacional. La villa fue fundada por el peninsular Vasco Porcayo en 1513 y alberga una historia tenebrosa, llena de demonios y exorcismos, excusas para disputar el poder de la tierra.
San Juan de los Remedios ofrece, para sus visitantes, toda una gama de atractivos y regalos culturales. Uno de los más interesantes es la Parroquia de San Juan Bautista, construida en 1550 y, posteriormente, ampliada y reformada entre 1944 y 1954 por el millonario cubano Eutimio Falla, un fiel servidor y un apasionado de la edificación. La iglesia posee un retablo de barro labrado en cedro y laminado en oro, que lo destaca entre los mejores y más hermosos de América Latina. Asimismo, los nueve altares que componen el templo fueron laminados en oro y era tal la cantidad, que el brillo del precioso material cegaba a los fieles en las misas. De ahí que se tomara la decisión de simular el material pintando de color marrón los bajorrelieves, lo que aporta un toque antiguo a la decoración.
El recinto religioso es, además, hogar de un tesoro inigualable y una razón de peso para conocer la villa, una imagen en madera de la Virgen María en un estado de embarazo avanzado. Es un tesoro único en todo el mundo y la talla recuerda a los escultores sevillanos del siglo XVIII, como bien ha explicado Esteban Granda, historiador del templo. La Inmaculada concibiendo al niño Jesús es una imagen preciosa y que llena el corazón de gozo.
Junto a la parroquia se ubica la Iglesia de Nuestra Señora del Buen Viaje, que también alberga en su seno una figura de Nuestra Virgen Santísima, fabricada en Barcelona a comienzos del siglo XVII y la primera en llegar a la Isla. Su imagen protege a los viajantes durante el camino.
Pero aquí no termina todo, el pueblo sigue ofreciendo sus tributos. Uno de los mas espectaculares son las Parrandas, fiestas populares naturales de Remedios, que surgieron en la segunda mitad del siglo XIX. Su celebración fue iniciativa de un sacerdote, quien, molesto por la ausencia de devotos en la Misa del Gallo, convenció a los niños y jóvenes para que despertaran a los vecinos con latas, música y fuertes sonidos de todo tipo. Actualmente, cada 24 de diciembre, las Parrandas se ponen en marcha al sonido de las campanas de la Iglesia Parroquial.
Dos barrios de Remedios, San Salvador y El Carmen, se vuelven rivales durante 24 horas en un concurso de carrozas, donde demuestran sus habilidades creativas y de confección. Coronando sus grandes vehículos se encuentran los símbolos de cada barrio, el gallo y el globo respectivamente. Las Parrandas son todo un espectáculo de color, música, bailes y tradición. El repique se convirtió en la música típica de esta fiesta pues su sonido iguala a las campanadas que invocaban a la misa de aguinaldo.
San Juan de los Remedios es, sin duda alguna, un destino cubano inigualable y su pueblo recibe la protección maternal de su preciosa imagen de Nuestra Inmaculada Concepción.
