La entrada a Estados Unidos de unos 100 migrantes (en su mayoría cubanos) fue negada por las autoridades referentes a su frontera sur con México durante este sábado. Según el diario La Jornada, los individuos pretendieron cruzar ilegalmente mediante el puente internacional de Santa Fe, en México.
Los migrantes cubanos se reunieron a tempranas horas alrededor del puente y levantaron una especie de protesta para exigir el permiso para cruzar hacia El Paso, la ciudad estadounidense inmediata. Una vez llegados al estado de Texas (donde está la mencionada urbe), pedirían asilo político.
El periódico mexicano reportó que unos oficiales de Aduana y Protección Fronteriza (CBP) del país norteamericano colocaron barreras envueltas por alambre de púas y navajas filosas, junto a filas de decenas de efectivos de Policía con perros y equipo antimotines, todo para imponer miedo y evitar que pasaran por la fuerza. Esta respuesta de las autoridades corresponde a protocolos estándar de acción de la policía estadounidense.
En lo que va de año, no es la primera vez que migrantes cubanos son expulsados de la frontera de Estados Unidos tras intentar cruzar.
El 21 de enero pasado, algunos cubanos fueron detectados por las autoridades policiales entre un centenar de migrantes indocumentados que viajaban en el compartimento trasero de un camión de refrigeración y ya se habían insertado en Estados Unidos.
La madre reiteró que los oficiales se la habían tomado bajo custodia policial tan solo un día tras el parto, y trasladada hacia una celda de detención sin camas y casi sin alimentos.
Por el momento, los agentes no han puesto en libertad a la madre, pero su hijo sí tiene derecho a reclamar su nacionalidad norteamericana por haber nacido en el territorio.
A pesar de la derogación de la Ley de «Pies secos/pies mojados» por el presidente Barack Obama (que representaba la principal ventaja para la migración de cubanos hacia Estados Unidos), muchísimos isleños continúan arriesgando sus vidas para llegar al país norteño, pero esta vez sin ninguna certeza de poder legalizar su residencia.