Miles de inmigrantes cubanos se acumulan en las frontera sur de Estados Unidos a la espera de poder cruzar tras la llegada de Biden a la presidencia

Julio César

En los últimos cinco meses han llegado a Estados Unidos más cubanos por la frontera que durante la crisis de los balseros de 1994

El jueves en la mañana, una masividad de cubanos y centroamericanos, llenos de maletas y bultos, se abalanzaron hacia las entradas de la frontera sur de Estados Unidos (con México), para que, con suerte, el recién comenzado Gobierno del presidente de esa nación norteamericana, Joe Biden, les permitiera ingresar al fin al país.

 

Las esperanzas fueron creadas gracias a la derogación de muchas órdenes ejecutivas sobre migración del expresidente Donald Trump en su primer día de presidencia, y a las expectativas que levantó durante su campaña electoral.

Ángel Alejandro Segreo, un cubano de 27 años de edad, acudió de inmediato al puente de la frontera con México para solicitar asilo político en Estados Unidos, acogiéndose a la Ley de Ajuste Cubano.

Debido a una ordenanza del departamento de salud de marzo de 2020, en los inicios de la pandemia de COVID-19 en el país, Segreo y otros solicitantes de asilo fueron expulsados, con anterioridad, por agentes fronterizos estadounidenses.

El cubano expresó estar satisfecho con la elección del nuevo mandatario y esperanzado por lo que puede lograr, pero también aclaró que Biden debe cumplir con sus promesas electorales.

Un migrante hondureño, Gustavo (quien no proporcionó su apellido para esta nota por consejo de su abogado), también expresó sentirse «optimista», pues, después de sobrevivir un año y medio en Tijuana, estaba dispuesto a continuar esperando.

El gabinete de Biden avisó que se anunciarán nuevas medidas migratorias el día 29 de enero.

La ordenanza que evita la deportación de los «Dreamers»/»Soñadores» (los inmigrantes infantiles ingresados por adultos a Estados Unidos), el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, fue reforzada por Biden el día que asumió el poder.

A esa acción fue añadida la solicitud al Congreso de aprobación del apoyo legal a esos migrantes, facilitando la legislación de su permiso de residencia permanente y las oportunidades para que se conviertan en ciudadanos estadounidenses.