Muchos televidentes en Cuba aún lo recuerdan por su papel de Léster en la telenovela La cara oculta de la luna, que lo catapultó como uno de los jóvenes villanos que incursionaban en la televisión, y ya desde entonces los que disfrutaron de su actuación auguraban una carrera de éxitos para él.
Sin embargo, también se ha convertido en uno de los galanes contemporáneos por excelencia en la pequeña pantalla, y es en la actualidad uno de los jóvenes actores cubanos más populares entre la teleaudiencia.
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Su primera aparición fue en el teleplay ‘Disparos en el aula’, hace ya 16 años, y desde entonces se convirtió en uno de los rostros más solicitados para formar parte de las telenovelas producidas en la isla. Una tras otra llegaron La cara oculta de la luna, Aquí estamos, Bajo el mismo sol, Con palabras propias, Playa Leonora, Latidos compartidos y lo veremos próximamente en Volver a mirar, la nueva producción dramatizada que saldrá al aire venideramente.
Para este pinareño de pura cepa, también otros espacios televisivos le han regalado éxitos, y se recuerda con agrado sus papeles en la aventura Los tres Villalobos y series policíacas como Tras la huella y UNO. Además, en el cine dio sus primeros pasos con la película Omerta, en 2008, lo que luego le abrió las puertas para participar en cortometrajes al estilo de Maniobra, que le valió el Premio de actuación Adria Santana, del Festival Internacional de Cine Pobre; Anfitrión, Círculos rotos y Patas al aire, para regresar al largometraje de la mano de Alejandro Gil en La emboscada.
Pero no solo la actuación le ha ganado seguidores y fama, pues desdoblándose gracias a su gran talento lo hemos podido ver con frecuencia asumir la presentación de diversos espectáculos en cabarés de la altura de Tropicana, o la animación de proyectos audiovisuales como Habana show, Ven báilalo, Doc Manana, Habaneando y El divino.
El propio Alejandro Cuervo ha reconocido que gracias a este trabajo como presentador ha logrado cumplir muchas de sus aspiraciones personales y mejor económicamente, pues dice que la actuación en Cuba no es remunerada como debería ser.
«La noche se paga mejor, y me ha permitido tener mi casa, mi carro, las cosas que, quizás con la actuación, no hubiera tenido aún», confesó hace unos meses en una entrevista.
Por ahora, sigue con miles de sueños por cumplir en su mochila, pero siempre recordando y sintiendo la misma pasión que lo llevó a los escenarios la primera vez. Con su terruño en la cabeza, a donde regresa todos los años para estar un tiempo junto a su familia y poner nuevamente los pies en la tierra…
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