Donald Trump salió hace minutos de la Casa Blanca y abordó el helicoptero Marine One por última vez como presidente de Estados Unidos este miércoles por la mañana, dejando tras si uno de los períodos presidenciales más controversiales de la historia en esta nación.
Trump será el primer presidente en la historia moderna en «boicotear» la toma de posesión de su sucesor mientras continúa enfrascado en su pérdida y en privado sostiene que le robaron las elecciones. Los funcionarios republicanos en varios estados críticos, miembros de su propia administración y una amplia franja de jueces, incluidos los designados por Trump, han rechazado esos argumentos.
Aún así, Trump se ha negado a participar en cualquiera de las tradiciones simbólicas de pasar la antorcha que rodean la transición pacífica del poder, incluida la invitación a los Biden para una visita para conocerlos.
Para cuando Biden preste juramento, Trump ya habrá aterrizado en su club privado Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, para enfrentar un futuro incierto, pero no antes, a las 8:30 de este miércoles, fue recibido en la base Andrews con una alfombra roja, el ejército e incluso una que incluirá salvas de artillería en su honor.
Allí dio su ultimo discurso como presidente, donde defendió todos los logros de su administración y aseguró que la economía de Estados Unidos sigue siendo la más potente del mundo.
Trump retomó el discurso de fraude electoral, que el público y familia que han acudido a la base aérea aplaudieron. La intención de Trump, en la que ha insistido al abandonar la Casa Blanca, es regresar a la presidencia dentro de cuatro años.
El presidente número 45 de Estados Unidos se despidió deseando suerte a la próxima administración de Biden, pero con una advertencia: «Nos veremos pronto»
El vicepresidente Mike Pence se saltó el evento, citando los desafíos logísticos de llegar desde la base aérea a las ceremonias de inauguración. Washington se ha transformado en una fortaleza de seguridad, con miles de tropas de la Guardia Nacional, cercas y puestos de control para tratar de evitar más violencia.
Los asesores habían instado a Trump a pasar sus últimos días en el cargo tratando de salvar su legado destacando los logros de su administración: aprobar recortes de impuestos, reducir las regulaciones federales, normalizar las relaciones en el Medio Oriente. Pero Trump se negó en gran medida, hizo un solo viaje a la frontera de Texas y lanzó un video en el que prometió a sus partidarios que «el movimiento que iniciamos apenas está comenzando».
Trump se retirará a Florida con un pequeño grupo de exasesores de la Casa Blanca mientras traza un futuro político que se ve muy diferente ahora que hace solo dos semanas.
Pero aunque Washington puede haber tenido suficiente, Trump mantiene su control sobre la base republicana, con el apoyo de millones de votantes leales, junto con aliados que aún dirigen el Comité Nacional Republicano y muchas organizaciones de partidos estatales.