En el 2020 el gobierno de los Estados Unidos continuó con las sanciones a Cuba, con medidas que abarcaron desde la suspensión de los vuelos chárter públicos a ciudades fuera de la Habana hasta una orden que obligó a Western Union a detener su servicio de remesas en la isla.
En enero se anunció la suspensión de los vuelos chárter públicos a nueve aeropuertos cubanos, como una forma de impedir que el régimen obtenga acceso a divisas de los viajeros estadounidenses.
En septiembre, tras una pausa en la ronda de sanciones en medio de la pandemia del coronavirus, se dictaron medidas como la prohibición de traer a EEUU, tabaco o ron de la isla.
También se prohibió a los estadounidenses o residentes de los Estados Unidos, hospedarse en hoteles o propiedades controladas por el régimen de La Habana, funcionarios del partido comunista o sus familiares cercanos.
En el mismo mes de septiembre se anunció la prohibición del envío de remesas a Cuba a través de empresas controladas por militares del régimen.
Esta medida afectó los envíos a través de Western Union, la cual era la mayor compañía de envío de remesas desde los Estados Unidos a Cuba.
Las sanciones, sumadas a la crisis por el coronavirus, dejaron al régimen de La Habana escaso de dólares, por lo que anunciaron a principios de diciembre el fin de Peso Convertible Cubano o CUC, en una tarea de Unificación Monetaria y cambiaria.
El anuncio, que coincidió con el Día Internacional de los Derechos Humanos, se realizó en medio de acciones represivas del gobierno, contra opositores, activistas y artistas del Movimiento San Isidro, quienes buscan espacios democráticos en Cuba.
En enero del 2021 entrarán en vigor nuevas medidas en Cuba como el aumento de la electricidad, de la canasta básica de alimentos y de otros servicios, que mantienen en la incertidumbre a los residentes de la isla.
