Una movida política inesperada podría ser el «regalo» que dejaría el presidente Donald Trump a Cuba antes de abandonar la presidencia, pues según reveló el diario The New York Times, este planes retornar a la isla a la lista de países patrocinadores del terrorismo antes de fin de su mandato el próximo mes de enero.
Altos funcionarios de la Casa Blanca, los cuales no revelaron su nombre, explicaron al citado medio que el Secretario de Estado, Mike Pompeo, tiene sobre su mesa la propuesta ya elaborada por el Departamento de Estado para incluir nuevamente a Cuba en la «lista negra» de las naciones que alrededor del mundo son promotoras del terrorismo, algo que haría muy complicado a la próxima administración de Joe Biden para retomar la política de deshielo de Barack Obama.
La propuesta, de forma extraña, no fue elaborada en esta ocasión por la Oficina de Lucha contra el Terrorismo, que regularmente desempeñaría un papel central en una decisión de esa magnitud, sino por la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
Restando tres semanas para el Día de la Inauguración, el secretario de Estado Mike Pompeo debe decidir si debe firmar el plan, de acuerdo a dos funcionarios de Estados Unidos, una medida que también podría servir como un agradecimiento para los cubanoamericanos en Florida que apoyaron sólidamente al presidente Trump y sus compañeros republicanos en la elección de noviembre.
El pasado mayo, el Departamento de Estado incluyó a Cuba en el listado de países que no cooperaron plenamente con los esfuerzos antiterroristas durante 2019, una categoría previa a la designación de «países patrocinadores del terrorismo».
Al detectarse que un país “ha proporcionado apoyo en repetidas ocasiones para actos de terrorismo internacional”, según la descripción oficial del Departamento de Estado sobre un país que patrocina el terrorismo, automáticamente genera sanciones de Estados Unidos en contra de ese gobierno. Si es agregado a la lista, Cuba podría unirse a otras tres naciones: Irán, Corea del Norte y Siria.
La administración Biden podría moverse rápidamente para sacar a Cuba de esa lista. Pero hacerlo podría requerir algo más que un plumazo presidencial. El Departamento de Estado podría realizar una revisión formal, un proceso que podría tomar varios meses.