El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, expresó la voluntad de su país de dialogar «sobre cualquier tema» con el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, sin renunciar «al socialismo» ni a la «soberanía».
«Como ya se ha dicho con suficiente claridad, estamos dispuestos a discutir sobre cualquier tema, lo que no estamos dispuestos a negociar y en lo que no cederemos ni un ápice es por la revolución, el socialismo y nuestra soberanía», dijo Díaz-Canel al clausurar la sesión anual del Parlamento.
«Los principios no estarán nunca sobre la mesa», añadió el mismo día que se anunció hace seis años el restablecimiento de relaciones entre las dos naciones.
El gobernante cubano destacó que 2020 fue «un año duro y desafiante como pocos» debido a la pandemia del nuevo coronavirus y al recrudecimiento bajo la administración de Donald Trump del bloqueo que Washington aplica contra la isla desde 1962.
El mandatario denunció que en el contexto de la campaña electoral en Estados Unidos, las fuerzas más reaccionarias del anticastrismo, con base en Miami, intentaron crear «una situación de inestabilidad y tensiones que impidiera cualquier posible retorno del diálogo en caso de una victoria demócrata», como sucedió.
En ese sentido, aludió a la protesta de 10 días realizada en noviembre por 14 miembros del colectivo de artistas Movimiento San Isidro (MSI), para exigir la liberación de un rapero detenido días antes.
El allanamiento policial del local ubicado en La Habana Vieja, donde se atrincheraron los protagonistas de esa protesta, sirvió de detonante para un inédito plantón de jóvenes artistas frente al Ministerio de Cultura el 27 de noviembre a favor de la libertad de expresión.
El presidente consideró que se trató de «reclamos extra-artísticos, con el evidente propósito de servir de estrado a proyectos de confrontación previamente articulados, con el objetivo de crear una oposición política».
Estados Unidos y Cuba, enfrentados desde la revolución de Fidel Castro en 1959, vivieron un acercamiento histórico propiciado por los expresidentes Barack Obama y Raúl Castro, que permitió en 2015 el restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Pero con la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017, Washington endureció el bloqueo, aduciendo violaciones de los derechos humanos en Cuba y el apoyo de La Habana al gobierno de Venezuela.
Durante la campaña Biden, vicepresidente en la administración de Obama, anunció la pronta «eliminación de las restricciones de Trump a las remesas y los viajes», que perjudican a los cubanos y separan a las familias