El cubano Humberto Arce Víctores zarpó de Cuba en una embarcación improvisada hace cuatro años y su familia se encuentra en busca de información sobre su paradero.
«No se ha sabido nada de él, su familia lo busca, el que sepa algo que llame o escriba a este número 52 05 18 12 necesito la ayuda de ustedes», explicó su hermana Milena en su perfil de Facebook.
Los balseros se han dado como fenómeno desde hace sesenta años, con menor y mayor auge, arriesgándose en una travesía precaria, por decir poco, para llegar a Estados Unidos.
Desde que Barack Obama, a solo unos días de abandonar la Casa Blanca, derogó la ley «Pies Secos, Pies Mojados», la cual aseguraba un año de residencia temporal sin complicaciones a los cubanos que pisaran suelo norteamericano, la migración riesgosa a las que miles de cubanos se aventaban fue en detrimento.
Sin embargo, los casos de balseros son todavía comunes, como los 12 cubanos, 10 hombres y 2 mujeres, que las autoridades de Islas Caimán interceptaron esta semana, que seguidamente fueron aislados para prevenir contagios de COVID-19.
También esta semana se hizo pública la ayuda que piden los familiares de una cubana llamada Yadira para encontrarla, pues esta se embarcó hacia San Tomás para solicitar asilo hace cuatro años y no ha dado noticias desde entonces. Luego de su paso por Guyana y Santa Lucía, Yadira zarpó en lancha hacia San Tomás, isla bajo jurisdicción de Estados Unidos, pero el bote quedó varado, tras lo que intentaron llegar nadando al destino al ponerse los chalecos salvavidas y atarse a una cuerda.
Su madre, Paula Padrón, convocó a aunar esfuerzos para la búsqueda de su hija mediante una página en Facebook: Buscando a Yadira.
«Hasta el día de hoy no hemos sabido nada, ni una cosa ni la otra. Pero yo, como madre y al no recibir ningún indicio a pesar de todas las búsquedas, tengo la esperanza y la fe de que estén en algún lugar de este mundo», asegura la madre.
El reporte de 18 balseros desaparecidos por tres semanas también fue noticia a principios de mes.