Joel del Río, reconocido periodista y crítico de cine y columnista asiduo del periódico oficialista Juventud Rebelde, fue víctima de censura a uno de sus artículos luego de que sus opiniones vía redes sociales no siguieran las estrictas líneas editoriales del personal creativo del medio en cuanto a las campañas lanzadas por el Gobierno en contra del Movimiento San Isidro y los artistas independientes que se manifestaron ante el Ministerio de Cultura.
En su cuenta personal en la red social Facebook, Del Río, en forma de advertencia a sus colegas, comentó el motivo por el cual se rehusó a continuar colaborando con el medio: «A todos los periodistas cubanos que trabajan en instituciones oficiales: eviten emitir cualquier opinión que se aparte un milímetro de lo que dice Humberto en TV. Se instauró la cacería de brujas. Al director de JR le importaron un carajo 30 años de trabajo en ese periódico».
«Técnicamente», como más adelante aclara el prestigioso crítico, el diario no terminó su contrato pues él no figuraba en la plantilla desde el año 2001, pero sí procedió a escarmentar su comportamiento en redes rechazando la publicación de un artículo suyo acerca del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, evento cinematográfico del momento, que, cabe destacar, en otras circunstancias ocuparía toda la información mediática del país, como pasa desde que comenzó a celebrarse, pero que este año se ve sobrepasado por las manifestaciones de artistas, las tiendas MLC y la crisis económica y financiera.
El abogado y periodista Humberto López, a la cabeza de una serie de reportajes para el NNTV, ha expresamente vinculado a creadores independientes con actos terroristas, con la calificación de «mercenarios» contratados por el gobierno norteamericano.
Como respuesta a un comentario en el propio post, Del Río sostiene: «(…) Las personas también somos responsables de lo que hacemos y decimos. Yo pensé que podía opinar y estoy empezando a pagar el precio».
«Yo quisiera vivir en una Cuba cuya televisión jamás le conceda a Humberto López, ni a otros tan irresponsables como él, el derecho a denigrar, manipular e instigar a unos contra otros, y mucho menos le diera el derecho a sembrar en la mente del espectador la infamia de que inconformidad es sinónimo de mercenarismo, y también le quiten la posibilidad de confundir la necesidad de diálogo de unos con las agendas entreguistas de otros. Si no le otorgan rápido un puesto diplomático, muchos cubanos padeceremos su retórica del odio», señaló en otra ocasión el mismo Del Río en Facebook.
Sus seguidores y amigos acogieron la publicación con interés, contando con 190 compartidos y 200 comentarios; sin embargo, no todas las interacciones fueron a manera de respaldo, sino por parte de otros periodistas e intelectuales que consideraron reprocharle su desvío del discurso oficial.
Aunque suene irónico, entre sus lauros se destaca el reconocimiento que le fue otorgado en 2004 «por haber contribuido durante diez años ininterrumpidos a la calidad del periodismo en Juventud Rebelde».