La vida nocturna habanera es la más ecléctica y versátil que se puede encontrar en Cuba. Los rostros notablemente abrumados y exhaustos que por el día transitan las calles para llegar al trabajo (o para escapar de él), se iluminan en la noche en un downtown lleno de luces y música por doquier, buscando ese empujoncito que les permitirá seguir trabajando durante la semana siguiente. Los bares y restaurantes habaneros se han alzado en los últimos años (a excepción de este 2020, claro) en un mercado capitalista y en una constante competición por ser el nuevo hit, hecho que ha convertido a la capital cubana en un oasis noctámbulo (repleto de ofertas atractivas e ingeniosas) donde la buena música nunca se queda atrás.
Durante el boom turístico de Cuba a partir del 2006, casi todos los medios internacionales se mostraron interesados en exhibir las maravillas de una tierra “recién comenzada a explotar”, y la mayoría sacaron rankings propios de los mejores lugares para visitar en Cuba. De la vida nocturna hablaron, pero, con tantos criterios diferentes, sería imposible llegar a una conclusión verdaderamente completa e inclusiva. De todas formas no hay nada mejor como sacar nuestras propias conclusiones (como dice la catchfrase de Taladrid).
Haría falta realizar y tabular encuestas del 80% de la población capitalina que mantiene una vida nocturna activa (más de un millón de personas, posiblemente) para poder establecer un ranking de un Top 5 de bares en La Habana. Claro, ¿qué tipo o tipos de bares se tomarían en cuenta para hacer ese ranking?
El concepto de “bar” en Cuba está un poco distorsionado actualmente porque la misma licencia de bar-restaurante, para (en especial) cuentapropistas, sirve lo mismo para ese tipo de establecimientos que para paladares, discotecas o clubes nocturnos de cualquiera índole. Y es que el habanero (y el cubano en general) ya es incapaz de separar los términos “bar”, “restaurante” y “discoteca”; sí, es incapaz de reconocer que estos son conceptos distintos, y ya distinguirlos, ni te cuento. Aunque todos estos sitios comparten la característica principal de vender alcohólicas, el resto de la conceptualización del local corre a cuenta del ingenio, imaginación y presupuesto del(los) dueño(s). Por esto, el concepto “bar” en Cuba es mucho más amplio de lo que la RAE entiende.
Cualquier persona que vive o conoce La Habana coincide en el hecho de que el centro nocturno es la zona del Vedado y Playa; sea el bar que sea, está allí. Los que no se encuentran en este circuito y son conocidos (y, además, populares) son extremadamente escasos.
Recolectando comentarios, opiniones de aquí y de allá, se puede decir que uno de los mejores “bares” para sentarse, beber y disfrutar de una buena comida y una buena conversación es el Café Fortuna Joe. Su nombre es una analogía con una galleta de la fortuna, pues cualquier asiento o espacio escogido será único, cómodo, interesante e imprevisible. El espacio está ambientado con carrozas coloniales, autos clásicos, bañaderas e inodoros y rarezas de todo tipo. El premio a la originalidad se lo lleva. Entra en esa moda reciente de querer sorprender e ilusionar al visitante con extravagancias e inclusividades, que le llame la atención y le pique la curiosidad, a tal punto de querer experimentar cada rincón del lugar. También cuenta con una terraza preciosa justo frente al mar, allí en 1ra y 24. Un sitio definitivamente peculiar que ofrece todo tipo de variedades y preparaciones con café y exitosas “picaderas”.
Están también los camaleónicos, esos que desean abarcar todas las áreas y los servicios posibles (eso sí, asegurando la mejor calidad en todo) como el Fusión Havana y el Bar Espacios. El primero está situado en la avenida 41 (cerca del Puente Almendares) en la planta alta de la cafetería D´Kamino. Ofrece un variadísimo menú internacional y una larguísima lista de cócteles, la especialidad de la casa. Con terraza, reservado y área climatizada, a veces presentan hasta música en vivo. Ya en la madrugada el espacio se brinda para quien desea bailar a diversos ritmos.
El Espacios está ubicado en calle 10, entre 31 y 5ta; es un sitio popularísimo desde hace ya varios años. Es un espacio todoterreno: especial para conversar tranquilamente con un trago exclusivísimo, un plato exquisito delante y un cigarro (pues tiene patio, reservados, salones y parqueo) y también para dejar el alma en la pista.
También cabe destacar algunos como el Bar EFE, el Pazillo, el Mío y Tuyo, el KingBar (y demás) que son puramente discotecas; eso sí, las más populares discotecas de La Habana. El KingBar es un hito ya en la cultura nocturna habanera, uno de los pioneros en emplear técnicas de marketing actuales para establecimientos de este tipo y unos de los preferidos para “mover la cintura”. Los otros nombrados se encuentran actualmente clausurados por incumplir con las medidas sanitarias exigidas por el gobierno durante esta crisis de salud, por lo que se les fue retirada la licencia para operar y se les impuso el pago de una multa.
Entonces, el Top 5 de bares-restaurantes en la capital cubana, según datos recogidos, es (en ningún orden en particular):
– Bar EFE
– Bar Espacios
– Fusión Havana
– Café Fortuna Joe
– KingBar
He dicho.