La timidez siempre la ha caracterizado, desde chiquita. El violín fue su pasión por unos años durante su infancia, pero después no siguió puesto que ya no tenía profesor, por lo que le llamó la atención el estudio de las artes escénicas.
Dianelys Brito llegó a las pantallas cubanas con la telenovela “Pasión y prejuicio”, y a las pocas semanas toda Cuba esperaba el horario estelar con ansias para ver, entre otros rostros reconocidísimos de la televisión, sus expectantes ojos azules.
Su voz tierna y femenina, propia de su personaje en dicha producción, hicieron de su carácter un personaje en sí: siempre linda, buena y bondadosa, aunque, a lo largo de su extensa y diversa carrera fue escogida para interpretar papeles tan disimiles como complejos, todos alabados por la crítica y el público gracias a su total dominio del oficio.
En entrevistas recientes, comentaba: La televisión es imagen, no es menos cierto que la gente agradece los rostros agradables, pero si detrás de eso no hay una actriz, mejor te dedicas a modelar. Sí pienso que cuando está todo junto, el paquete es completo.
Gracias al acompañamiento que le proporcionó trabajar junto a actores de la altura de María de los Ángeles Santana, Armando Soler, Gerardo Riverón y Coralita Veloz, todos ellos solo en su primera aparición televisiva en la miniserie Los abuelos se revelan de 1988, iba obteniendo más experiencia y destreza para encarnar roles más protagónicos y significativos.
Indiscutiblemente hay una Dianelys antes y después. Trabajar con Macías fue una de las mejores cosas que me han sucedido como actriz, además de estar rodeada del súper elenco que me acompañó, explica sobre su participación en Pasión y Prejuicio .
Antes de comentar su agradable y seguro estado en Estados Unidos, asegura: “El público cubano, es para mí lo mejor que puede aspirar un artista, porque sigue a sus artistas, los apoya, los valora, los engrandece.
Con su vida Norteamérica no puede estar más contenta. Y es con sorpresa que me encuentro con que Dianelys no ha seguido trabajando en lo que tanto disfruta desde que llegó. Afirma que, desde un principio, tuvo claro no iba o no podía ejercer su oficio una vez que abandonara Cuba; decidió reinventarse.
En la actualidad, se declara muy feliz trabajando para MONAT, una empresa que comercializa productos veganos y certificados para el cuidado de la piel y cabello hechos con ingredientes naturales.