El cucumí se despierta los domingos fue una de las tele series cubanas donde, de niño, ya Caleb Casas se daba a notar. También aventuras como Memorias de un abuelo, inspirada en el testimonio Descamisados, de Enrique Acevedo. Todavía muchos lo reconocen como Darío, el joven que escapó a la Sierra Maestra para pelear contra Fulgencio Batista.
Su madre reconoció en él aptitudes para la actuación y lo llevó al casting del Cucumí con solo 9 años, donde quedó como uno de los dos protagonistas tras un proceso de selección en el que participaron más de dos mil niños.
De la novela Anatol y Desiree (de Christine Nöstlinger) nació la serie Blanco y negro ¡No!, dirigida por Charlie Medina, donde Casas confesó entender que se necesitaba de conocimientos para lograr ser más preciso en la actuación y no dejarlo todo a la intuición. Esta ambientaba las relaciones familiares de unos adolescentes en la Cuba de los noventa.
Compaginaba los estudios en la Secundaria Básica Raúl Gómez García, en El Vedado, con estas filmaciones. El plan consistía en prepararse para la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro luego de la secundaria, pero decidió realizar las pruebas para la Escuela Nacional de Arte (ENA) en actuación, donde fue aceptado (por supuesto).
Su primer choque con la fama vino con la popularísima aventura Memorias de un abuelo, fenómeno televisivo en el que participó luego de haberse graduado como actor.
El propio Casas ha admitido no haber sido capaz de lidiar con ese nivel de popularidad, ya que se considera de temperamento hermético, pero que resultó ser un pasaje simpático al final.
Luego, Caleb Casas integró una generación formada por el maestro Carlos Celdrán y su Argos Teatro, compañía con la que ofreció hace doce años su gran éxito en las tablas: Chamaco, del dramaturgo Abel González Melo.
Viajó a Colombia entonces, donde se dedicó a experimentar en el campo de las “series”, concepto de buena demanda internacional. Participó en Primera Dama, una novela que fue un gran hit en Latinoamérica.
Tras ocho años de trabajo en el país sudamericano, Caleb regresa definitivamente a Cuba en 2014, con la filmación de La emboscada, película de Alejandro Gil.
En el pasado 40 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, el público asistente pudo verlo en dos nuevos largometrajes: Nido de Mantis e Inocencia, dirigidas por Arturo Sotto y Alejandro Gil, respectivamente: En la primera, constituye una de las tres patas del trío amoroso entre dos hombres y una mujer, cuyos asesinatos entrelazan la trama del filme; en la segunda, interpreta al militar español Federico Capdevila, abogado defensor de los jóvenes estudiantes de Medicina fusilados el 27 de noviembre de 1871.
Según dice, ahora intenta escoger proyectos y roles complejos que inciten al pensamiento y promuevan conductas diferentes en la sociedad, siempre buscando el bien común y el análisis crítico.
Su experiencia en Colombia le hizo entender, sin embargo, que Cuba posee algo muy positivo: «la posibilidad que tienen todos los jóvenes de estudiar, lo cual conlleva a un mayor número de excelentes profesionales».
Actualmente, y desde hace ya años, es elenco fijo (y usualmente también el protagonista) de todas las obras que el Argos Teatro presenta.