Supuestas pruebas de actos de sabotaje cometidos en la Isla en los últimos años fueron mostradas en la Televisión Nacional este martes. Todos estos fueron realizados por cubanos que fueron «financiados» desde el exilio o, como insistieron en llamarles, la «mafia cubana en Miami» (todo esto citado tal cual del reportaje).
Durante casi media hora de reporte, emitido en el Noticiero Estelar y recogido por la prensa oficial, se mostraron fotos donde se señalaban a personas de origen cubano radicadas en Estados Unidos (con nombres y apellidos) que, supuestamente, utilizan a ciudadanos de la Isla, «en su mayoría con pésima conducta social», dicen, con el objetivo de “crear caos y pánico en la población civil».
Uno de los «actos terroristas» ocurrió este propio año (a finales de agosto y principios de septiembre), cuando se registró el lanzamiento de cócteles molotov contra una cafetería, una barbería y una bodega en el municipio de San Miguel del Padrón, en La Habana.
William Cabreras González y Michel Naranjo Riverón son los supuestos financiadores y planificadores de estos atentados, según el Ministerio del Interior, ambos cubanos radicados en Miami. Las alegaciones aseguran que estos hombres contribuyeron a instigar dichas acciones bajo promesas de pago por cumplir con lo pactado e, incluso, llegaron a asegurarles el financiamiento de su salida ilegal de Cuba, acción que les ayudaría a salir impunes.
El descarrilamiento de un tren de carga procedente de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, en mayo de 2019, fue otra de las acciones también supuestamente pagadas desde Miami. Este se presentó en aquel momento en los medios oficiales como un accidente cuyas causas se seguían investigando. Ahora las autoridades afirmaron que el proceso investigativo permitió detener a los cuatro autores del hecho, quienes confirmaron «la incitación, organización y financiamiento desde la Florida».
Los Órganos de la Seguridad del Estado lograron frustrar varios sabotajes, como la quema de un almacén de la Organización Básica Eléctrica, un Joven Club de Computación, la consulta médica de un policlínico y un aula de preuniversitario del municipio habanero de San Miguel del Padrón.
Tampoco faltó la mención al grupo Clandestinos, que a inicios de 2020 cubrió bustos de José Martí con sangre de cerdo y convocó a «derribar la dictadura». El pago por estas acciones siempre estuvo condicionado por la difusión de las mismas a través de las plataformas digitales.
La Fiscalía de la República pidió entre seis y doce años de cárcel para los tres presuntos miembros del grupo: Panter Rodríguez Baró, Yoel Prieto Tamayo y Jorge Ernesto Pérez García, quienes fueron detenidos y acusados por los delitos de «difamación de las instituciones y organizaciones y de los héroes y mártires de carácter continuado» y «daños a bienes del patrimonio cultural».
También describieron algunos actos de sabotaje contra el «sistema electroenergético nacional», algo que – así se dijo – «posibilitaría difundir noticias falsas a través de emisoras que transmiten su señal hacia Cuba con la intención de crear en la población malestar, descontento e irritación».