Un cartel de lona preparado, filas de sillas bien alineadas, audio y micrófonos listos para comenzar la actividad: el pasado domingo 29 de noviembre auspició en el perímetro del Parque Trillo, en la capital cubana, un mitin “espontáneo” de la juventud en favor de la Revolución y en oposición abierta y sin tapujos de las protestas por parte de artistas y otros identificados con la causa que se llevaron a cabo hace un par de días frente al Ministerio de Cultura, ubicado en 11 y 4, en La Habana.
La cita, ampliamente organizada con antelación, aunque sea poca, por el gobierno cubano, se realizó con una proyección de genuinidad y sorpresa. La palabra “espontaneidad” ya figura en cientos de memes que circulan por la red de redes como la sustitución de “coyuntural”, vocablo mediático hace un año por estas fechas.
“Espontánea” fue la invitación a acudir al acto, “espontánea” fue la amplia cobertura por la prensa oficialista y en redes sociales, bloqueadas o caídas para un porcentaje altísimo de la población, y “espontánea” fue también la llegada del presidente Miguel Díaz Canel, aunque todo indique la inmensa preparación que llevó la actividad (puede que no en plan Desfile del 1ro de Mayo, pero definitivamente con algo de organización anticipada), costeada, además, gracias al presupuesto oficial del Estado, como indican algunos internautas.
La "espontánea" manifestación de mañana pic.twitter.com/9ydUArf6dy
— Elaine Díaz (@elainediaz2003) November 29, 2020
El arribo del mandatario al mitin, como quien estaba pasando por el lugar y decidió unirse “espontáneamente”, fue la cereza del pastel que constituyó la cita más preparada que se les pudo ocurrir a los asesores de los altos mandos. Los mismos (los asesores) tampoco debieron haber estado pensando con la cabeza al enviar a Díaz-Canel vestido de pullóver y gorra de la bandera cubana a juego, elemento que le restó toda credibilidad en la oposición a la actitud de Luis Manuel Otero Alcántara al vestir impropia y ofensivamente dicho símbolo patrio.
El usuario @mjorgec1994 comenta a través de sus redes sociales: “Parece que en el Parque Trillo, uno llevó un equipo de audio, otro llevó una tarima y alguien trajo las carpas que tenía en su casa. Rostro con ojos girando. La nueva espontaneidad”. Como él, hay muchos.
Pero además de quienes advirtieron lo obvio, otros cubanos más detallistas exponen pruebas de toda la trama elaborada para hacer creer que se trató de un hecho espontáneo.
Además, toda medida para prevenir el contagio de la COVID-19 fue pasado por alto, como hacienda la vista gorda para que el acto saliera según lo planeado.
Leisam Rubio, integrante de la Brigada José Martí de los Instructores de Arte en el municipio de 10 de Octubre, expuso en sus redes sociales las imágenes de los mensajes que recibió en lo que les decían quera era obligatorio asistir pues se trataba de un actividad organizada por la universidad.
«Algunos «espontáneos» y otros que también están hasta los c… de tanta «espontaneidad». No voy a demeritar a la Brigada José Martí porque yo también soy instructora y porque sé que ahí hay mucha gente como este que contestó y como yo. Y sí, una pila que no también», escribió la joven.