Cada 15 minutos, los aplausos llenaban el espacio que ocupaban decenas de artistas cubanos desde horas de la tarde de ayer frente al Ministerio de Cultura de Cuba, en La Habana, en una movilización sin precedentes entre los integrantes de este gremio desde el triunfo de la Revolución.
Exigían al Gobierno que los escuchara y denunciaban la falta de libertad de expresión, de libre creación y la necesidad de obtener una oportunidad para disentir con lo que no están de acuerdo.
Aunque más de 400 personas, entre músicos, pintores, actores y cantantes, se dieron cita frente a la sede del citado Ministerio, solo a 30 de ellos se les permitió entrar para reunirse y exponer sus demandas a el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, y otros funcionarios como Marta Bonet, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y Yasser Toledo, de la Asociación Hermanos Saíz.
Entre los rostros que levantaron su voz había caras conocidas, como la de los actores Jorge Perrugorría, Mario Guerra y René de la Cruz; los músicos Leoni Torres, Roberto Carcassés y Athanai, y el respetado cineasta Fernando Pérez.
El encuentro con las «autoridades» se alargó dentro de las oficinas del Ministerio de Cultura por cerca de cinco horas, tiempo durante el cual el resto de los manifestantes se mantuvieron frente a la sede, aplaudiendo cada 15 minutos, tocando música, recitando poemas y cantando para darse ánimos.
Sus propuestas más «controversiales», al menos desde el punto de vista del oficialismo, eran las del «cese del hostigamiento, la represión, la censura, el descrédito y la difamación por parte de las autoridades y los medios oficiales a la comunidad artística e intelectual cubana y a todo ciudadano que disienta de las políticas del Estado». Además, pidieron por el reconocimiento y respeto de las posiciones artísticas independientes, el fin de la violencia policial en su contra y del odio político, pues a los que muestran una posición contraria al Gobierno por lo general los terminan calificando como «mercenarios».
El viceministro de Cultura y los que lo acompañaron aceptaron «iniciar un canal de diálogo» a partir de la semana próxima, al que supuestamente sumarán a más autoridades del país y aceptaron que los artistas independiente pudieran reunirse sin ser hostigados por la policía.
Aunque los artistas que participaron del encuentro dijeron que cada punto discutido fue «extremadamente difícil de negociar», muchas de sus peticiones simplemente quedaron «postegadas» hasta la semana próxima, cuando el ministro de Cultura se reunirá nuevamente con ellos para discutirlo.
A pesar de esto, muchos piensan ya que les vendieron una bola de humo, pues solo les dieron palabras, nada escrito ni firmado, ni mucho menos filmado, pues no se les permitió ingresar con celular ni a las cámaras de los medios de prensa que estaban presentes desde temprano en el lugar.