“Este asunto nos ha tomado demasiado tiempo y no puede dilatarse más su solución”, dijo el ex presidente Raúl Castro el 21 de diciembre de 2017. Se refería a la necesidad inmediata de unificar las dos monedas que tiene Cuba: el CUC y el CUP.
Ambas circulan juntas hace un cuarto de siglo: el histórico peso cubano (CUP), y el peso convertible (CUC), equivalente al dólar, que usan los turistas y con la que se manejan las operaciones internacionales del país. El CUP, en tanto, ha permanecido devaluado.
Como parte de sus reformas para organizar y hacer crecer la economía, Cuba dejará circulando sólo el CUP. A continuación algunas claves para entender esta medida:
El “período especial”
Tras la caída del bloque soviético a inicio de los años 90, Cuba perdió apoyo económico y se sumió en una profunda crisis. El comercio cayó un 75%. El país se paralizó y el gobierno, único empleador, continuó pagando salarios a casi 5 millones de trabajadores que no producían. Esto se conoció como el “período especial”.
Como medida de urgencia, el 26 de julio de 1993, el entonces presidente Fidel Castro autorizó que los emigrados enviaran remesas en dólares a sus familiares, y aceptó inversiones extranjeras. Permitió también la libre circulación del dólar, cuya tenencia estaba penalizada.
Nace el CUC
Pagar salarios sin producción ni importaciones generó un exceso de liquidez que debilitó al CUP, sumado al ingreso de divisas. Ante ello, el gobierno emitió una moneda fuerte equivalente al dólar. A fines de 1994 nace el Peso Cubano Convertible (CUC).
Como parte del embargo norteamericano vigente desde 1962, Cuba no podía hacer transacciones internacionales utilizando el dólar. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), comenzó a perseguir y sancionar a bancos y entidades que aceptaban dólares físicos (papel) de Cuba.
Ello llevó a Fidel Castro a retirar el dólar de circulación -aunque su tenencia es lícita- en noviembre de 2004, y dejó sólo al CUP y CUC.
Su función
EL CUC es hoy de común en los ciudadanos. Con ella se paga el taxi en los autos clásicos, el hotel y también el supermercado.
Tras la lenta recuperación de la economía, de valer 150 CUP ahora 1 CUC se cotiza en las casas de cambio a 24 o 25 CUP, para el público. Los precios están etiquetados en ambas monedas: 1 Coca Cola pequeña cuesta 1 CUC o 25 CUP.
En preparación para el cambio, en 2015 se emitieron billetes de 200, 500 y 1000 CUP, para facilitar el pago. Un refrigerador cuesta en Cuba desde 700 CUC (dólares). Pagarla en moneda nacional equivale a llevar en el bolsillo 17.500 CUP, en billetes de 20, que es el que más circula. No existen pagos al crédito.
Distorsión e inflación
Paralelamente, las empresas estatales operan con un tipo de cambio especial: 1 CUP por 1 CUC (1 dólar). Dentro del plan de unificación cambiaria está sincerar esa conversión, con una tasa más cercana a la del mercado: 1 USD por 24 CUP.
La medida complicaría a las firmas estatales -el 85% de la economía- entre ellas las importadoras, que verán encarecer sus costos y los trasladarán al consumidor final, generando inflación, según economistas. Puede beneficiar a las exportadoras estatales, que cambiarán sus dólares a un valor más alto.
La dualidad monetaria en Cuba es una aberración
La economía cubana ha vivido por décadas con muchas aberraciones y de ellas la mayor es la emisión monetaria sin respaldo y la doble moneda. Ambas son causas primarias de inflación. Sin meternos en demasiados vericuetos técnicos expliquemos dos principios de teoría monetaria que son simple sentido común.
- Según la ley de Gresham (1519-1579) la moneda mala tiende a hacer desaparecer a la buena de la circulación porque esta tiende a atesorarse mientras que la mala se gasta tan pronto sea posible pues, al contrario de la buena, tiende a devaluarse.
- La cantidad de dinero que existe en una economía es la suma de los billetes y monedas que haya en circulación multiplicada por la velocidad de circulación de ese dinero. ¿Velocidad? Pongamos un ejemplo. Juan, agricultor vende una carga de tomates en $100 recibe efectivo y guarda el dinero como ahorro en una botija. Velocidad de circulación = 0. En efecto retiró ese dinero del circulante.
Pedro, agricultor vende su cosecha en $1000 recibe un cheque, lo deposita y decide comprar un arado. El vendedor del arado deposita los mil y encarga uno nuevo a la forja donde lo fabrican, el de la forja deposita, compra piezas de hierro a quien las vende, el vendedor deposita y paga al carnicero, el carnicero deposita y paga al que le vendió la res y este toma los $1000 pesos va al banco y paga su deuda de $1000 en cuyo momento ese depósito de desaparece pero ya dio cinco vueltas.
Queda claro pues, que el dinero es solo un medio de cambio para facilitar transacciones. Su base es la producción generada por una economía que sustenta la emisión monetaria. Si la economía es ineficiente y no produce suficientes bienes y servicios los sueldos que se pagan empiezan a acumularse bien en billetes o en cuentas de cheques. Pero eso es solo un efecto temporal e intermedio. Lo que realmente sucede es que los precios de lo poco que hay tienden a subir para equilibrar la diferencia entre lo producido y el dinero existente para comprarlo. En eso consiste la inflación: mucho dinero persiguiendo poco producto.
Es el clásico círculo vicioso en una economía de factura socialista como la cubana Se emite dinero para pagar a trabajadores que no producen y para sostener empresas quebradas. Naturalmente el exceso de dinero creado hace subir los precios y para aminorar la emisión monetaria se recurre a pagar salarios irrisorios. A su vez esto requiere controlar precios y subsidiar una libreta de consumo con cantidades que no alcanzan para vivir decentemente. Pero el pueblo tiene que subsistir y empieza a sustraer mercancía de los centros de trabajo y a vivir a base del trueque. Se genera una cultura de corrupción inevitable. Si el sueldo no alcanza para subsistir, hay que ‘resolver’.
Dado el fracaso de la producción, Castro se apoyó dos renglones de ingreso. La extorsión a los cubanos exiliados que sostienen a sus familiares en Cuba y el turismo de estado, asociado a empresas extranjeras. La belleza natural estaba lista para ser explotada y solo hacía falta alguien que supiese manejar el negocio. Igualmente listos estaban los exiliados que trabajaban fuera, ganaban divisas, y hacían remesas. Pero esto creó otro problema. Si se aceptaba que los turistas y familiares cubanos cambiasen sus divisas por emisión de mas pesos cubanos respaldados por nada, los precios y la inflación de dispararían. Había que absorber esa emisión de alguna forma.
Castro tuvo que inventar el CUC, una pretendida divisa fuerte y convertible para absorber el dinero de los turistas y con esas divisas importar los insumos de calidad que Cuba no produce. Junto con el CUC vinieron las tiendas en esa moneda repletas de artículos inaccesibles al cubano de a pie que solo gana pesos (llamados CUT). Además resultaba un negocio interesante para los importadores de esos artículos, vendidos a sobre precio, importadores que naturalmente eran el estado marxista y sus privilegiados.
Pero no fue suficiente. Se hizo necesario sustituir al mecenas soviético por el venezolano y exportar cubanos como peones alquilados, pero con títulos universitarios, a fin de dar una contrapartida al petróleo casi gratis suministrado por Venezuela, que no solo se usaba para necesidades energéticas sino que parte se vendía para recabar divisas. Otra distorsión en una economía que no produce sino que recibe sin crear nada a cambio.
Las distorsiones se pagan. Cada vez se le complica mas la cuestión monetaria al régimen porque los turistas también gastan divisas por su cuenta y no cambian todos sus fondos en CUC y los cubanos del exilio mandan dólares que cambiados por CUC sirven para comprar artículos inaccesibles en pesos. Se crea una doble economía en la que el peso cada vez vale menos pues solo sirve para lo esencial. Para adquirir artículos deseables la moneda que funciona es el CUC.
Mientras tanto, enfrentado a la escasez e ineficiencia el gobierno tiene que tolerar pequeños empresarios y agricultores que venden buena parte de su producción en pesos y acumulan mas y mas pesos. Naturalmente compran CUC o gastan sus pesos tan pronto puedan pues saben que no mantienen su valor teórico dictado por el gobierno. Si se trata de comprar algo bueno con pesos hay que pagar lo que pidan. Resultado: Una espiral inflacionaria que ya existía ( el precio de un par de zapatos equivale a tres meses o mas de sueldo promedio en pesos ) pero que amenaza desbordarse pues es imposible contenerla con la libreta de racionamiento y los sueldos irrisorios.
Y aquí, el otro elemento de la ecuación monetaria, la velocidad de circulación, viene a cuento: En cuanto los particulares autorizados produzcan mas y vendan su producción habrá mas transacciones y la velocidad aumentará. Y con ello la masa monetaria = (velocidad x billetes + depósitos) también aumentará y los precios se ajustarán subiendo en proporción.
Todas las inflaciones se disparan cuando los consumidores entienden que hay que comprar hoy porque mañana estará mas caro.
El dinero devaluado empieza a quemar en las manos y hay que soltarlo rápido. Pero hay que tenerlo. El que vive de un sueldo fijo no puede afrontar el problema sin pedir un aumento que siempre llega atrasado respecto a los precios. Por eso se dice que la inflación es el mas cruel de los impuestos ya que devora al pobre y a sus ahorros.
Miguel Díaz-Canel enfrenta un dilema económico. Si sigue como va la economía continuará distorsionada e ineficiente. Entiende que dos monedas no marchan. Pero si unifica las monedas tendrá que subir sueldos, acabar con la libreta y los subsidios y dejar que el mercado funcione ajustando los precios. Ahí surge el reto: Una subida de sueldos generaría mayor emisión monetaria. Si no estuviera respaldada por producción, crearía inflación.
Pero para producir en serio se requiere inversión y capacidad gerencial.
Esto no se improvisa. Díaz-Canel anuncia que pretende hacerlo en etapas. Muy difícil de implementar. Los cambios en la moneda, que por su naturaleza intrínseca es medio de cambio, hay que hacerlos de una vez. De lo contrario solo se crean mas distorsiones con la consiguiente tensión social entre los que ganan CUC y los que ganan pesos.
Un cambio de moneda requiere un ajuste inmediato de sueldos, libertad de contratación y de gestión aunado a inversión importante. Dada la depauperada economía cubana y el déficit de ahorro que existe, esa inversión tendrá que venir de afuera y requerirá garantías y un estado de derecho.
En resumen vuelta a la república, al capitalismo, y a la economía de empresa.
Ni están listos, ni lo quieren, porque ello implica merma de poder y competencia con sus monopolios. Pretenden dosificar el cambio incorporando a sus socios y amigos a su gusto y a sus tiempos unido a un simulacro aperturista con una ‘democracia’ virtual. En resumen copiar la ‘apertura’ rusa incluyendo democracia controlada y partidos de oposición sumisos. Ya empezó el operativo con una ‘ofensiva de paz’ consistente en dejar salir una mayoría de opositores verdaderos junto con algunos manufacturados. Como siempre han hecho, tal y como manda el manual de la desinformación.
El problema es que Rusia vive de sus enormes recursos naturales que le permiten exportar gas y petróleo y obtener divisas e inversión. Cuba no los tiene. Podría tener gran éxito haciendo otras cosas como maquila, servicios de todo tipo incluyendo cuidados médicos, comunidades de jubilados, agricultura especializada en cultivos intensivos etc. Una larga lista pudiera citarse.
Crear lo anterior requiere capacidad empresarial, capital y una mano de obra especializada y debidamente motivada y entrenada. Y para colofón: Una enorme inversión en infraestructura de la que Cuba carece pues la ha descuidado y está dilapidada.
La economía no funciona a base de ordeno y mando lo que me parece y cuando me parece. Pensar que la estructura política actual es capaz de hacer cambios tan fundamentales es ser iluso. De no ir a un cambio monetario y político a fondo se recogerá tan solo una ensalada de contradicciones, abusos y mas corrupción. Han sido eficientes en crear todo lo anterior. De modo que veremos mas abusos impuestos a la fuerza. ¿Hasta donde aguanta el pueblo? Esa es la incógnita.