Sentir malestar estomacal es una de las sensaciones más desagradables que puede experimentar una persona. Las náuseas y otros síntomas pueden dejar al cuerpo exhausto. En ocasiones, los remedios farmacéuticos no son la única solución efectiva. El acto de recibir un masaje curativo, conocido como «sobar», puede ser una alternativa curativa valiosa.
En Cuba, existen individuos dotados del arte de curar a otros mediante el simple acto de mover sus manos sobre el cuerpo del enfermo.
Aquí en la isla, antes de acudir al médico, muchas personas prefieren buscar a alguien que tenga habilidades de «sobar» para aliviar sus malestares.
Es posible distinguir a estos casi convertidos en curanderos por las variadas formas en que aplican la curación. Algunos masajean la zona estomacal, otros las piernas (desde la rodilla hasta el tobillo) y varios se enfocan en los antebrazos. En casi todas estas técnicas, el masajista utiliza un poco de aceite doméstico para facilitar el movimiento y hacerlo más suave.
Sin embargo, hay quienes abordan el empacho o la indigestión de manera más mística, utilizando una toalla. Estos individuos recogen la toalla y la estiran hasta que quede a la distancia exacta del estómago. En ese contexto de rituales, algunos recitan plegarias mientras realizan una cruz con sus dedos sobre el abdomen.
Retomando a los sobadores más tradicionales en Cuba, algunos parecen poseer la capacidad de absorber la enfermedad del paciente mientras realizan el masaje, liberando así los gases acumulados en el cuerpo del enfermo. Aunque esta variante es menos común, indudablemente existe.
En muchas partes del mundo, existen personas que se dedican empíricamente a intentar curar a otros. La práctica de sanación a través de distintas vías ha existido desde los albores de la humanidad. A medida que la medicina ha avanzado científicamente, este tipo de individuos ha ido desapareciendo. Quizás sean más prevalentes en regiones indígenas, africanas y en entornos menos urbanizados.
Sobre esta práctica alternativa, especialistas en gastroenterología sugieren que el efecto curativo del masaje podría estar relacionado con la estimulación de ciertos puntos en el cuerpo humano que favorecen la digestión. Otros médicos, simplemente, no pueden explicarlo. Pero lo cierto es que la existencia de quienes se dedican al «sobar» es innegable, incluso es posible que algún profesional de la medicina haya experimentado esta práctica en su infancia o juventud.
La verdad es que, para los cubanos, conocer a alguien con conocimientos de «sobar» resulta significativo, especialmente si tienen niños pequeños. A pesar de los medicamentos digestivos disponibles en las farmacias, siempre habrá quienes prefieran recurrir a esta técnica de masaje.