Dulcerías particulares, cocheras que se rentan, cafeterías de comida criolla; poseer un garaje en Cuba es tener un valor agregado.
Mientras aguarda a que escampe la intermitente lluvia, Cecilio, quien se desempeña como corredor de permutas en La Habana, mira en su televisor de pantalla plana un partido antológico de los Chicago Bull en la época de Michael Jordan.
A cada rato se asoma a la ventana a ver si la lluvia ya ha cesado para poder salir. “Quedé con un cliente que quiere vender una casa de dos cuartos con garaje. Habíamos cuadrado para las cuatro de la tarde, pero el aguacero va a hacer que la cita tenga que aplazarse un poco”, dice molesto.
Desde hace más de dos décadas que Cecilio se dedica a comprar y vender casas. “En este negocio tienes que ser serio y dedicado para que pueda funcionar y dejar buenas ganancias. Cuando era ilegal, en cada venta me buscaba más de $1000 dólares. Ahora la cosa es menos, pero tengo buena clientela y nunca estoy parado. La venta de casas en La Habana es un negocio bastante irregular. Tiene tiempos de vacas flacas y vacas gordas”, confiesa.
Según considera este veterano corredor de permutas, la gente ya ha aprendido a darle valor a sus casas.
“Algunos se piensas que están vendiendo una casa en Nueva York. Sin embargo, si la venta es en el Vedado, Fontanar, Miramar, Sevillano o en el Casino Deportivo, entonces es muy probable que se pueda concretar. Mucho más si tiene garaje”, prosigue.
Una casa con garaje en condiciones regulares no se baja de los $50.000 y, un apartamento en un edificio con área de parqueo, suele rondar los 30.0000.
Con la intención de aclarar el por qué una casa con garaje hace que su precio se dispare, Cecilio conversó en una ocasión con un trabajador del Instituto de Vivienda en el municipio 10 de Octubre.
“Desde hace muchos años que en La Habana existe un déficit muy grande en cuanto a garajes para autos se refiere. Se han levantado grandes ciudades-dormitorios como Mulgoba, San Agustín o Alamar, pero no se tuvo en cuenta el tema de los parqueos. Quienes poseen un vehículo han tenido que inventar. Por eso tú ves los garajes improvisados en espacios públicos o hasta en los portales de las casas. Tener un parqueo en Cuba representa cuando menos 30 CUC al mes por guardarle el carro a algún vecino. En caso que se rente el espacio para una cafetería, peluquería o taller de celulares, las ganancias son mucho mayores”, señala el especialista.
Un ejemplo claro de esto es el de Herminda, una anciana que vive en el Mónaco, zona comercial situada entre los repartos habaneros Sevillano y Casino Deportivo, que por 5 CUC diarios le renta el garaje a un vendedor de panes y dulces.
“Son 150 CUC al mes. Eso es 15 veces más lo que me paga el gobierno de pensión. Con ese dinero mis hijos no tienen que preocuparse económicamente por mí. Puedo salir incluso al teatro de vez en cuando y comer sin preocupaciones”, cuenta Herminda.
Al caminar por las calles de La Habana es muy posible que vea cientos de garajes transformados en pequeños negocios privados. Desde cafeterías, barberías, talleres de celulares y computadoras, dulcerías, hasta tiendas de artesanía.
Yosvany vive en un apartamento de dos habitaciones, en la Víbora. Lo está vendiendo en 30.000 CUC.
“Muchos compradores me han dicho que me baje de las nubes que el precio es muy caro. Pero les digo que mi apartamento tiene un garaje soterrado con mucho espacio”.
Según Cecilio, si Yosvany se arma de paciencia podrá vender su apartamento sin problemas.
“Al apartamento se le puede pasar la mano, pero el garaje es un dinero seguro que supera ampliamente el dinero que paga el Estado a los trabajadores”, concluye Cecilio.