Uno de los trabajos más icónicos de todos los tiempos en Cuba siempre ha sido el de los torcedores de tabaco y una compañía inseparable de estos ha sido desde tiempos inmemoriales el lector de tabaquería, un oficio que se oculta detrás de los de los legendarios tabacos cubanos y que los torcedores agradecen enormemente.
Noticias, estudios, citas famosas, novelas clásicas, son diversos los temas que tratan estos lectores y que los torcedores aprecian.
“Los trabajadores tabacaleros respetan muchísimo los horarios de lectura y hacen silencio cuando se va a leer para escuchar y para conocer de antemano, bien temprano todas las noticias. Yo sé que son fieles defensores a que este oficio continúe por los siglos de los siglos”, cuenta Odalyz Lara, una lectora de tabaquería.
Tanta importancia han tenido los lectores de tabaquería en la nación caribeña que desde 2002 se le reconoció como Patrimonio Cultural.
Estos lectores de tabaquería se adueñan del micrófono tres veces al día para entretener a su público.
Ser lector “es un trabajo maravilloso, hermoso” y “único en el mundo”, cuenta Francisco González.
La práctica de los lectores de tabaquería no es cosa de poca monta, en Cuba se practica incluso en las tabaquerías cubanas de más renombre como es el caso de Partagas, Montecristo, Romeo y Julieta y Cohíba.
Los trabajadores, que ni en la parte más interesante de la historia dejan de trabajar, se alegran de contar con la posibilidad de aprender cosas interesantes a diario.
“Me gustan las noticias porque a veces no tengo tiempo de escucharlas en mi casa, nos mantiene al tanto. Y las novelas, porque nos entretienen, nos relajamos y escuchamos algo más”, cuenta Yordanka Herrera, una trabajadora que agradece mucho la labor de los lectores.
Los cigarros cubanos, los cuales constituyen uno de los principales renglones de la economía cubana en ocasiones son considerados como un símbolo del capitalismo opulento, pero los lectores de tabaquería, esperan que el placer por la lectura no desaparezca jamás.
“Si hacen lo que está estipulado no tiene por qué desaparecer la lectura. Recuerda que es la única en el mundo, y eso hay que defenderlo a capa y espada”, expresa la lectora de tabaquería Yordanka Herrera.