Los nacidos y crecidos en La Habana sabemos que desde hace décadas lo común en la venta de alimentos callejeros en la capital cubana son las hamburguesas y las pizzas de queso, aunque también han aparecido en los últimos años las “croquetas al plato” y las frituritas de harina en Cuba.
Lo que si nunca vimos, y en los últimos años ha tomado un auge increíble, es la venta de mazorcas de maíz.
Ya es bastante fácil encontrar cuando caminas por las mal trechas calles habaneras a vendedores del tierno grano amarillo, hervido en grandes cazuelas de metal y servidos con una capa de mantequilla o mayonesa a gusto del bolsillo y el paladar del cliente, aunque también pueden ser compradas sin ninguna capa de “pintura” alimentaria.
El precio base, sin agregos, es de 5 pesos cubanos en la mayoría de las cafeterías y puestos callejeros que las expenden, pero puede variar según la zona porque en aéreas turísticas, como el casco histórico de La Habana Vieja, no bajan de 10 o 15 pesos cubanos sin aderezos.
Según uno de los vendedores que consultamos, pueden llegarse a vender “si estas en una zona de afluencia de personas, entre 100 y 150 diarias”, todo un negocio pues las mazorcas crudas pueden costarle al dueño entre 2.50 y 3 pesos cubanos cada una, pero si las compran por cantidad el precio puede ser aún menor.
Por lo general, se trata de mazorcas de buen tamaño, excelente presencia y grano suave.
La aceptación está garantizada porque comparadas con ofertas de precios similares, como los panes con jamón o con croquetas, pues la calidad del producto, comparado con la escasez de los alimentos con que se rellenan los panes y su pésima elaboración, es muy superior.
En fin, que parece que esta nueva oferta llegó para quedarse y aunque no tengo noticias de que se haya extendido por el resto del país, lo más seguro es que dentro de poco tiempo lo haga pues es más sencillo conseguir las materias primas para su confección en el interior de Cuba.