En Cuba, donde el comercio electrónico es prácticamente inexistente, el saldo de los teléfonos móviles ha comenzado a funcionar como una especie de moneda virtual desde que en 2015, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) anunció que se podían realizar transferencias de saldo entre cuentas con la moneda virtual Etecso.
De inmediato, algunos vieron la posibilidad de convertir esas transferencias en dinero físico y mejorar sus ingresos personales.
Uno de los negocios que ha florecido alrededor de estas transferencias es el de las “Recargas 21 x 50” o “22 x 50”. Con ellas, las personas que no tienen quiénes le recarguen el móvil desde el exterior gestionan su propia recarga desde Cuba a cambió de 1.00 ó 2.00 CUC.
En ocasiones el saldo que entra a los móviles de esa forma se divide entre varias personas o, incluso, se convierte en dinero físico.
Las tasas de cambio entre el saldo de los móviles y el dinero físico fluctúan; pero, generalmente hasta 5.00 CUC el cambio se realiza 1×1; y a partir de ahí se debe entregar 1 ó 2 CUC de saldo más a cambio del dinero real.
Así, el saldo de los móviles se ha convertido casi en una moneda virtual en Cuba gracias a la distorsión introducida por ETECSA con las recargas del exterior. Algunos en la Isla ya han comenzado a llamar “Etecso” a esta “nueva moneda”.
Existe todo un mercado informal alrededor del saldo de los móviles. Personas que sólo desean poner 2.00 ó 3.00 CUC de saldo (algo que Etecsa no permite) acuden a particulares que, a cambio de una tarifa módica, se lo transfieren y hasta permiten que el pago se efectúe a plazos.
El saldo se ha convertido también en una forma de agradecer favores, pues se estima como un bien. Clara, un anciana, que recibe recargas para su móvil todos los meses, no sólo vende parte de su saldo para buscarse unos pesos, sino que también obsequia parte de él a los médicos que la atienden en agradecimiento.
Para los desarrolladores de aplicaciones, el saldo de los móviles se ha convertido casi en la única opción de obtener ingresos ante la inexistencia de plataformas digitales para comercializar sus productos.
Así lo han hecho el ICAIC y la UCI en el juego de la Neurona, que permite adquirir vidas a cambio de saldo para poder seguir jugando; o el grupo Buena Fe, que en cooperación con Etecsa, la UCI y Desoft que a través de una aplicación para Android y el pago de 1.00 CUC permite acceder a las letras bloqueadas de algunas canciones del disco.
Por supuesto que ningún creador reconoce que el saldo se monetiza, pues esto tendría otras implicaciones de carácter legal; pero al final, todos saben que se trata de dinero y que con él saldo de los móviles se puede ir paliando la inexistencia del comercio digital en la Isla.