El Gobierno cubano acostumbra a criticar la etapa republicana y le gusta comparar lo que ha crecido el número de escuelas y profesores. Sin embargo, en aquella época en cualquier escuela pública en La Habana a los alumnos se les daba desayuno y merienda, los maestros ganaban un buen salario y eran respetados por la sociedad.
En la actualidad todo lo anterior ha cambiado bastante. Muy pocos son los jóvenes que quieren ser maestros.
“En mi pre (preuniversitario), la mayoría de los docentes dan lástima. Se visten mal y hasta los alumnos se burlan de ellos. Como ganan tan poco, algunos dan repasos particulares y hasta venden pacotillas y cosas de comer”, cuenta Osmara, estudiante preuniversitaria.
En el caso de las secundarias básicas la situación no es mejor. Al menos así lo cuenta Melisa:
“Todos los maestros que hemos tenido son pésimos. No parecen ni educadores y en ocasiones se comportan hasta de forma marginal. Nos piden que les llevemos merienda, que nuestros padres les recarguen el móvil o que le hagan regalos”
Reinerio dice que en su tecnológico, “los profesores se visten como quiera, no como en las fotos viejas de mi familia cuando mi mamá iba la escuela. No solo es el tema de la ropa, su manera de expresarse deja mucho que desear y algunos parecen unos aseres del barrio. Lo más triste no es eso, sino que incluso tienen faltas de ortografía y sus conocimientos sobre la materia que imparten no son sólidos. Mi escuela no se sabe ni lo que parece con los maestros vendiendo cualquier cosa que les cae en la mano. Cuando hay partidos de futbol de la Champions, el profesor de Historia no da clases”.
Algunos de los jóvenes consultados, aseguran algunos maestros son sobornables. “A pesar de todos explotes que hubo por profesores que vendía pruebas, si tus padres pueden darte 30 o 40 cuc, puedes tener al alcance de tu mano alguna que otra prueba o puedes obtener altas calificaciones”
Aunque transgrede las normas establecidas por el Ministerio de Educación, algunos profesores cobran por repasar a sus alumnos.
“Casi siempre se hace en casa del propio estudiante y cobran entre uno y dos CUC por alumno, según la asignatura. En estos repasos, los maestros dedican mayor esfuerzo a explicar los contenidos que son objetivo de examen, algo más o menos como un fraude cantado”, comenta un estudiante de preuniversitario.
El padre de una alumna de sexto grado, identificado como Juan Carlos, se queja que todos los meses tiene que desembolsillar entre 10 y 15 CUC para los repasos de su hija.
“Cobrar por los repasos es ilegal. Pero parece que el Ministerio de Educación como no paga lo que tiene pagar a los maestros, entonces se hace el de la vista gorda. El salario de los maestros no da para nada y tienen que estar en el invento para poder vivir. A eso súmale que siempre están pidiendo favores. Loa padres más pudientes les regalan ropa, dinero y hasta ventiladores”, comenta.
No hay un solo maestro en Cuba que pueda llegar a fin de mes con su salario. Es por eso que cobran por los repasos, venden cualquier chuchería en las aulas o se buscan la vida haciendo otros trabajos extra para poder sostenerse ellos y a su familia.