Fallece en Miami, a sus 97 años de edad, la vedette cubana Rosita Fornés

Redacción

Fallece en Miami, a sus 97 años de edad, la vedette cubana Rosita Fornés

La legendaria vedette cubana Rosita Fornés falleció en la madrugada de este miércoles en la ciudad de Miami, a los 97 años de edad, después de estar luchando varias contra una grave insuficiencia respiratoria, a la que lamentablemente no fue capaz de vencer.

La noticia fue confirmada por el administrador de la página oficial de Rosa Fornés en Facebook y quien por años estuvo unido a la artista por una fuerte amistad personal.

“A pesar de las informaciones de los últimos días, nunca creí que verdaderamente tendría yo que comunicarles esta triste noticia. Hoy, día 10 de junio 2020, a las 04:07 AM, a los 97 años de edad, falleció en Miami, rodeada de algunos familiares y amigos, Rosalía Palet Bonavía, nacida en Nueva York de padres españoles, conocida en Cuba y el mundo como Rosita Fornés, una artista cubana, La Reina del Arte Escénico de nuestro País”, escribió Rey González en el perfil de la vedette en Facebook.

https://www.facebook.com/rey.gonzalez.l/posts/10223684686764132

“Nuestra querida Rosita nos deja, por ley de vida, después de una enfermedad con la que luchó varios años, rodeada de amor y sin sufrir. Cuba está de luto, la cultura latinoamericana pierde a, quizás, la última de su gran Diva, a la más versátil artista cubana, a la actriz, cantante y bailarina que conquistó los corazones no sólo de los cubanos, sino también de los mexicanos, españoles y de todos los públicos donde lució su arte sin igual”, añade la nota.

“Que en Paz Descanse Rosalía, pues Rosita Fornés, la mas grande artista cubana de todos los tiempos no morirá nunca, ella se quedará en nuestros corazones y su arte que brindó con 80 años de éxitos en las enciclopedias de la cultura mundial”, concluye el texto.

Rosalía Palet Bonavía, nuestra Rosita Fornés, primerísima vedette de Cuba y de América, pertenece a la estirpe de los grandes artistas cubanos.

Mujer hermosísima de rostro y cuerpo, pero sobre todo de alma, de exquisita sensibilidad, Rosita nació el 11 de febrero de 1923 en Nueva York, Estados Unidos, de progenie española y amante del arte, y residió durante varios años en México, donde tuvo a su mayor tesoro: su única hija, Rosa María Medel Palet, Chiquitina. Mas, tal como ella misma ha expresado en más de una oportunidad, es auténticamente cubana.

En 1938, con solo quince años de edad, triunfó como estrella naciente en La Corte Suprema del Arte, espacio de feliz memoria en los anales de la radio nacional, y, a partir de ese momento su carrera transcurrió en indetenible ascenso: teatro, cine, televisión, espectáculos y revistas musicales.

Debutó en el cine cubano en 1939, en el largometraje Una aventura peligrosa, dirigido por Ramón Peón, que solo fue el inicio de un brillante desempeño que abarcó la época de oro de la cinematografía mexicana -en la que compartió con sus principales figuras- y, después, la nuestra (¿cómo no recordar, entre otros personajes, su cubanísima Gloria en Se permuta, personaje que bordó con hilos de oro, como nos tiene acostumbrados, y su Rosa en Papeles secundarios, en un duelo actoral de altos quilates con el fallecido actor español Juan Luis Galiardo?).

En el teatro, en el que debutó en 1940 con la zarzuela El asombro de Damasco, cultivó con gran éxito -de la mano de renombrados directores como Antonio Palacios, su padre artístico, y compartiendo la escena con lo más granado del arte teatral cubano- géneros diversos como la zarzuela, la opereta, la comedia musical, el drama. Baste citar, entre otros tantos títulos, La casta Susana, La viuda alegre (su Ana de Glavary es verdaderamente clásica, y, por tanto, memorable referente en la escena cubana), Hello, Dolly!, La Fornés tridimensional, La Fornés en el Musical, Ser artista, Vedetísima y Confesiones en el barrio chino.

En la televisión, medio de comunicación popular por excelencia, su presencia -por ese ángel de los auténticos artistas- fue imprescindible desde la década de los cincuenta del pasado siglo xx, en espacios dramáticos, de comedia y musicales, de la mano de los más exigentes directores. Algunos ejemplos: Mi esposo favorito (en un dueto de altos quilates artísticos con quien fuera, durante muchos años, su compañero en el arte y en la vida, el primer actor Armando Bianchi), Casino de la Alegría, Jueves de Partagás, La comedia del domingo, De repente en TV, Cita con Rosita, Teatro ICR (en este último, en múltiples obras, entre las que figuran La loba, La rosa tatuada y Filomena Marturano).

Lo más sobresaliente de la carrera de Fornés fue su versatilidad, su rotundo profesionalismo y su capacidad para conquistar el corazón de varias generaciones de seguidores incondicionales. Es considerada una de las artistas cubanas más sobresalientes de todos los tiempos.