La forma en que nos comunicamos los cubanos pudiera decirse que es única en el mundo, ya que solo los que viven en esa islita pudieran entender a que nos referimos cuando mencionamos ciertas palabras o frases.
Si bien es cierto que al emigrar al extranjero se suelen ir incorporando los términos de cada país, nadie puede negar la riqueza del divertido patrimonio lingüístico de los cubanos, dentro del cual es posible encontrar nuestras propias malas palabras sexuales.
Uno de los casos más curiosos es la interrelación que existe entre las frutas y los genitales, lo que lleva a conocer a la vulva como “papaya” y al pene como “yuca”.
Algunas personas consideran que esta manera de nombrar al genital femenino se debe a que al partirla por la mitad podemos observar una mitad interna que recuerda a una vulva. Además, el color, la textura y la masa también colaboran en ello.
No obstante, una investigación realizada hace algún tiempo sugiere que el uso de esta metáfora se remonta al siglo XIX. En aquel entonces, las esclavas de las plantaciones en el occidente de la Isla tomaban un preparado de savia con hojas de papaya para abortar cuando descubrían que estaban embarazadas, por lo que el término papaya comenzó a utilizarse como sinónimo de vulva.
Aunque científicamente nada respalda esa teoría, popularmente se piensa que si una embarazada come papaya tendrá grandes probabilidades de abortar, principalmente cuando la fruta no está del todo madura, ya que estas poseen un alto contenido de papaína, una encima que debilita las membranas necesarias para que el feto sobreviva.
A su vez, se conocen los riesgos de la ingestión de las raíces y semillas de la frutabomba, ya que permiten que el feto no se desarrolle y estimulan las contracciones uterinas induciendo al aborto.
No obstante, la papaya sigue siendo una de las frutas más demandadas por los cubanos. De esta, se le reconocen otra serie de propiedades como ser anticancerígena, antioxidante, cicatrizante, para tratar los padecimientos como el papiloma humano, las indigestiones, la hiperglucemia y los parásitos intestinales.