Hoy está de cumpleaños la actriz cubana Luisa María Jiménez, la eterna Tojosa, quien a sus 58 años todavía destila la misma sensualidad y belleza, además del increíble talento, que la han acompañado por décadas, convirtiéndola en una de las artistas más queridas por el publico en Cuba.
Todavía en su mente están claros sus inicios en el mundo del arte, allá en la villa de Trinidad, donde vivió toda su infancia y gran parte de su adolescencia. Con menos de 10 años, ya tenía decidido cuál sería su futuro: la actuación.
Sin embargo, empezó tomando clases de danza y de folclore yoruba, latinoamericano y europeo, pues tanto le encantaba bailar que determinó que sería bailarina.
Cuando tuvo 17 años viajó a La Habana para estudiar en la Escuela Nacional de Arte y de allí pasó a cursar estudios en el Instituto Superior de Arte. Con su titulo ya en la mano, integró el grupo de teatro Bertolt Brecht, que radicaba en el Teatro Mella. En ese espacio compartió escena con algunos de los actores más importantes de la época y bebió conocimiento de Luis Alberto García (padre), Litico Rodríguez, Samuel Claxton, René de la Cruz, Mario Balmaseda, Elvira Enríquez, Liliam Llerena, Idalia Anreus y otros tantos.
Su carisma y talento le hicieron ganarse la confianza de los directores, quienes comenzaron a tenerla en cuenta para sus obras teatrales y le dieron sus primeros protagónicos. Así llegaron sus estelares en obras como “Rampa arriba, Rampa abajo”, “La boda de los pequeños burgueses”, “Mar nuestro”, “La barbacoa” y “Humbolt y Bolívar”.
Su indiscutible belleza también le valieron para ser modelo de la prestigiosa casa de modas cubana La Maison, de la mano de Norka Méndez, quien supo llevar la pasarela cubana a Europa, al punto que Luisa María desfiló en la mismísima Casa Chanel con un traje de miliciana y ante el asombro de los presentes.
Fue fotografiada como una musa por el gran maestro del lente Alberto Korda, mientras Paco Rabanne y el Márquez de Pucci la seleccionaron en varias ocasiones para formar parte de los desfiles de sus colecciones.
Por tres años se alejó de la actuación y el mundo de la moda se convirtió en su prioridad, pero el teatro terminó por importar más y así puso fin a su etapa de modelo.
Después llegó a televisión, donde sus pininos fueron por todo lo alto, en un teleteatro junto al renombrado Enrique Santiesteban, pero la obra nunca se pudo filmar, al menos con ella. En ese tiempo, ensayaba en el teatro la puesta en escena de Humboldt y Bolívar, con Mario Balmaseda. Aunque siempre trataba de llegar temprano al ensayo del teleteatro, a su primera tardanza terminó de paticas en la calle por el director Silvano Suárez.
Sin embargo, dicen que lo que sucede conviene y lo que está para uno, nadie se lo quita.
De esta forma, intentando volver a probar suerte, se presentó en el casting de la telenovela Sol de Batey, pero le dijeron que su piel era demasiada blanca para el papel y que necesitaban a alguien de piel más oscura.
Luisa María, como previendo que ese sería el papel que le marcaría la vida, le explicó al director Roberto Garriga que podía «tostar» su piel al sol hasta llegar al tono que el deseaba, pero que por favor, le permitiese hacer la prueba.
Luego de aprenderlo, Garriga le dijo: “párate frente a cámara y hazte la idea de que estás delante de Liberato”. Para su suerte, al sentir que se le agotaban los recursos, en ese momento, el director paró la escena y le dijo: «Me convenciste, eres la Tojosa»…. de esta forma, en 1985, llegó el papel de su vida.
Con el tiempo, aunque quizás no al mismo nivel, también vendría la telenovela Tierra Brava, en la que tuvo uno de los papeles coprotagónicos, la niña Lala, y que le devolvió la atención del publico en Cuba.
El mundo del cine ha sido para ella como un amor platónico, un amor difícil. Al principio lo veía como algo que no era para ella. Sólo le permitía un poco, en donde aparecía en películas como “una más”.
Su primer papel protagónico en el cine fue Rosa la China, se trataba de una extranjera alrededor de un tema cubano. Una historia de pasiones con el actor español Juan Luis Galiardo. En ese momento trabajaba esforzadamente ya que coincidió todo su tiempo con la seria televisiva “Salir de Noche” donde hacia el papel de una madura modelo de pasarela. Laboraba 24 horas, se metía en un papel y luego en otro muy distinto. La actuación como Rosa la China la impulsó a formar parte del festival de cine de Venecia.
En el 2013 le tocó vivir el peor momento de su vida, o su momento más cercano a la muerte. Pero supo salir… renacer como un fénix y volver a la vida, cuando su salud estuvo tan frágil que parecía decir adiós. Pero no, aquí la tenemos, viviendo su segunda vida y sabiendo que los 58 años que hoy cumple solo son un nuevo momento para decir que venció a la parca para seguir siendo la Tojosa de siempre.