Hoy está cumpliendo 58 años de edad el popular actor cubano Néstor Jiménez, recordado por miles de cubanos por sus actuaciones en televisión, sobre todo en el programa ‘Para bailar’, en la década de 1970 y que lo lanzó a la fama. Sin embargo, su éxito definitivo fue con la interpretación de ‘El Chino’ en el filme cubano ‘Zafiros, locura azul’.
Nacido en la villa de Trinidad, de la provincia de Sancti Spíritus, en el año 1962, vino en la sangre con el bichito de la actuación, al igual que su hermana jimagua, la actriz Luis María Jiménez.
Como ella, Néstor empezó en un grupo de teatro para aficionados, en su ciudad natal, llegando incluso a obtener premios en el conocido Festival Nacional, que le valió para viajar a La Habana y presentar su obra en la sala Hubert de Blanck, todo un sueño para un niño que aún estudiaba en el preuniversitario.
Hechizado por la pasión de actuar, y con la cabeza llena de fantasías y sueños, viajó a la capital cubana tras resultar seleccionado por cursar estudios con 17 años en la Escuela Nacional de Arte, en la especialidad de Artes Escénicas.
Allí tuvo la gran suerte, por su inmenso talento, de ser seleccionado para participar como conductor del programa de televisión juvenil que hizo época en Cuba a finales de los años 70 del pasado siglo: Para Bailar.
Los productores buscaban jóvenes como él, llenos de humor, frescura y con conocimientos de actuación, entre otros ganchos. Allí compartió pista con excelentes actores que también comenzaban a fraguarse en el mundo del arte como Alberto Pujols, Salvador Blanco, Lily Rentería y Cary Ravelo. Para muchos de los que disfrutaron de este espacio, Néstor, Albertico y Cary destacaban sobre el resto, por su persistencia y don de asumir cualquier género con éxito.
Sin embargo, su gran rol, sin dudas, no fue en la pequeña pantalla, sino el en cine, cuando encarnó a ‘El Chino’, en el filme cubano ‘Zafiros, locura azul’, que terminó consagrándolo entre el publico en la Isla. A la perfección fue capaz de asumir y transmitir toda la angustia, complejidad y contradicciones que llevó en su vida este estelar cantante del que quizás sea el quinteto más legendario de la música cubana.
Con los años, dice que su medio preferido es el cine, pero el teatro siempre disfruta hacerlo «porque le va por la sangre», aunque ya no suba al escenario con tanta frecuencia.
Se describe como un actor de método, «absolutamente stanislavkiano», sobre todo porque su formación fue con profesores de actuación soviéticos mientras estudiaba en el ISA.
Para escoger un personaje necesita que lo conmueva, desde que está leyendo el guión. Siempre mira las aristas que le permitan darle sus propios matices.
Sin embargo, dice que siempre no le convencen los personajes que hace, pero debe asumirlos porque «tiene que vivir y no puede darse el lujo de estar rechazando cosas», aunque ha dejado claro en varias ocasiones que tampoco hace todo lo que llegan a proponerle.
«A mí me gusta mucho mi profesión, es lo único que sé hacer, se lo agradezco todo a ella. Soy un hombre satisfecho profesionalmente, incluso con las cosas que me han quedado mal. No me avergüenzo de nada de lo que he hecho. En la calle, la gente me saluda con afecto, cariño, con respeto. Se me acercan con esa cosa del agradecimiento de que si estoy, entonces vale la pena verlo y eso es lo importante», dijo Néstor hace unos años en una entrevista.