Hoy está cumpliendo años la popular actriz cubana Beatriz Valdés, recordada por miles de cubanos por inolvidable papel en el filme La bella del Alhambra, que protagonizó en el año 1989 bajo la dirección de Enrique Pineda Barnet.
Su interpretación de Rachel, una vedette de teatro que hizo historia en Cuba a principios del pasado siglo, le hizo ganarse el reconocimiento del publico en la Isla y el de la critica internacional.
Actualmente, cuando se le pregunta por su cambio físico desde ese momento hasta la actualidad, ella simplemente responde: «Me pasaron 30 años y 35 libras de más».
«Yo reconozco que el hecho de estar inscrita en la memoria de los que vieron La bella…, y ser víctima del amor desenfrenado del público es un privilegio. Pero los cubanos no me perdonan que haya envejecido», confesó hace unos años la actriz.
Y aunque nosotros si perdonamos sus años, lo cierto es que tras el éxito grandioso de La bella del Alhambra nos quedamos con las ganas de volver a verla protagonizando un filme en Cuba.
«Pasó… la vida, simplemente. Salí embarazada y la decisión de tener un hijo invalidó la posibilidad de hacer en ese momento otra película. Soy de las que creo que un embarazo requiere un mínimo de dos años sin trabajar. Después la vida volvió a cambiar…», comentó al respecto.
Y vaya que la vida le cambió… En el año 1991 viajó a Venezuela, en pleno período especial en Cuba, para rodar una película y allí quedó prendada con uno de los venezolanos que trabajaba en el equipo de realización y decidió radicarse definitivamente en ese país.
Aunque muchos no lo saben, su hijo, Mauricio, quien vive junto a ella actualmente en Miami, donde radica desde hace varios años, es fruto de una relación de amor con el trovador cubano Silvio Rodríguez.
Tras su salida de Cuba, en poco más de dos década, Beatriz Valdéz ha protagonizado 32 telenovelas, varias temporadas teatrales y más de 15 filmes, entre cubanos y venezolanos.
No hace lo que no le gusta, no sabe decir «sí» por compromiso. Se considera una mujer optimista al aprender a tolerar sus miedos y sus culpas para enfrentarlos con la sabiduría necesaria.
«Ahora estoy abriéndome a un mercado ante la mirada de un público que no me perdona que haya pasado el tiempo. Y mientras La bella del Alhambra siga exhibiéndose, yo quedaré atrapada entre esa imagen y ‘lo que queda’ de esa mujer», confiesa…
