El brote de la pandemia del coronavirus en Honduras, tomó por sorpresa a cientos de migrantes cubanos que han tenido que dormir en las calles ante la crisis, pues se encuentran varados y no les interesa ser repatriados sino seguir su camino hacia México para pedir asilo político en Estados Unidos.
Los cientos de cubanos que están varados en la ciudades al norte de Honduras no han encontrado más remedio que someterse al abrigo de las calles, pues permanecen cerradas las oficinas regionales de migración y los Centros de Atención al Migrante permanece cerrado desde el 16 de marzo, día que Honduras decretó un estado de excepción debido al brote de la pandemia.
En su momento, permanecían en casas de alquiler, sin embargo, poco después fueron echados por la policía del país, que no obstante, amenazó a los dueños de las viviendas con imputarlos por delitos de trata de personas.
Los migrantes, solicitan al gobierno que se les otorgue un salvoconducto que les permita movilizarse y hacer efectivo el pago de una multa de $183 dólares para salir de Honduras, pero el gobierno no atiende sus demandas.
Desde el decreto de Estado de alerta, han pasado más de 50 días, donde las autoridades impusieron medidas de aislamiento social, por ende la suspensión de empresas y el sector comercial, provocando con ello diversas dificultades a los migrantes.
El informe “Situación de migrantes” en Honduras, elaborado en el marco de la Pandemia de Covid-19, indica que los cubanos quedaron a la intemperie, pese a que solo solicitan el salvoconducto que les permita transitar hacia los países de Norte América.
Este informe revela que en varias oportunidades, algunos cubanos han sido víctimas de violaciones por las fuerzas de seguridad del Estado, que ha quedado captado en vídeos y fotografías publicadas en medios de comunicación y redes sociales y por denuncias que los mismos migrantes han realizado ante organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Honduras es un destino de tránsito para muchos cubanos, y pese a esto su gobierno dispone apenas de refugios con espacio para 30 personas, aunque igual están cerrados desde el 16 de marzo.
Ante la falta de respuesta del gobierno hondureño organizaciones defensoras de los derechos humanos han habilitado tres centros de refugio donde están atendiendo migrantes, el resto se encuentra diseminado en casas y hoteles con el miedo a que la policía llegue en cualquier momento y los obligue a permanecer en las calles.