En medio de la cuarentena los cubanos tienen algo de que hablar y es que en las ultimas horas se han vuelto en todo un viral en las redes sociales las fotografía de la boda del presidente Miguel Díaz-Canel y Lis Cuesta hace casi 20 años.
Desde que Díaz-Canel llegó a la presidencia del país ha seguido la misma linea de sus antecesores durante la Revolución: mantener la vida privada lejos del ojos público. Más allá de sus salidas ocasionales y sus viajes de la mano por el mundo, el Gobierno cubano nunca ha reconocido a Lis Cuesta Peraza como la primera dama.
Ella tienen 47 años, 11 menos que él. Se conocieron en 2003, cuando a Díaz-Canel lo sacan de Santa Clara y lo envían como primer secretario del Partido Comunista para la provincia de Holguín. En ese momento, ambos estaban casados y tenían cada uno de ellos 2 hijos con sus parejas.
Según varios reportes, Lis Cuesta estudió en el Instituto de Ciencias Pedagógicas de Holguín, donde hizo una licenciatura y una maestría.
Antes de conocer a Díaz-Canel, ella trabajaba en el departamento de comunicación del Sectorial Provincial de Cultura y luego, pasó a dirigir el Centro Provincial del Libro y la Literatura, la institución que organiza las populares ferias del libro.
Actualmente Cuesta Peraza trabaja como jefa de Servicios Académicos de la estatal Agencia Paradiso, una filial turística del Ministerio de Cultura que organiza viajes a Cuba y que tiene oficinas en varios países del mundo.
Pero los detalles de su vida, como los de toda figura política en Cuba, se pierden entre el rumor y el desconocimiento.
Lo cierto es que la imagen de Lis Cuesta comenzó a aparecer ante la audiencia cubana lentamente en los últimos tres años, a medida que la figura de su esposo iba ganando protagonismo en la escena política cubana.
La mayor atención la recibió en marzo de 2018, cuando apareció de la mano de Díaz-Canel en Santa Clara para participar en las elecciones de candidatos a la Asamblea Nacional.
Antes, Cuesta Peraza había aparecido también acompañando a su esposo durante visitas que realizó a Corea del Norte, a Bolivia y Japón, donde fue incluso recibida por la primera dama de ese país.
Sin embargo, en la isla los medios nunca se habían referido a ella, ni mencionaron su nombre o su título.
Lo cierto es que aún muchos se preguntan cuál será el rol de Lis Cuesta Peraza dentro del gobierno cubano, en el que la figura de la «primera dama» no es reconocida legalmente dentro del sistema político.