En 1952, Fulgencio Batista al ver que las encuestas de las elecciones presidenciales no arrojaban datos a su favor, dio un golpe de estado y se autoproclamó presidente provisional. Bajo su gobierno, se corrieron varios grandes premios, no puntuables por el campeonato de Fórmula Uno pero en el que participaban los mejores pilotos de la época, como Stirling Moss y Juan Manuel Fangio.
Cuando en el año 1957 Cuba recibe el Grand Prix, Batista quedó tan impresionado con el rendimiento de algunos Mercedez-Benz que habían llegado al país que no se lo pensó dos veces y le encargó a la la firma alemana un 300d “Adenauer”, un ejemplar adecuado especialmente a su gusto personal.
Con opcionales como los bandalines blancos en las ruedas, frenos de potencia, interior en madera de su elección, alfombras, radio Becker Grand Prix, interior en cuero marrón con ribetes, equipaje Karl Beisch personalizado, transmisión automática y porta estandarte para benderas presidenciales, el Mercedes Benz llegó al precio de 14.000 dólares.
Tras varios meses de espera, finalmente en 1958 llegó a manos de Batista el nuevo auto, el cual utilizó como vehículo oficial hasta que se vio obligado a salir de la Isla en 1959.
Entonces, Fidel Castro confiscó aquella joyita alemana y comenzó a utilizar el lujoso automóvil como vehículo personal, y al parecer quedó tan complacido con las bondades que brindaba, que en la década del 60 decidió encargar un nuevo modelo.
El ya fallecido ex gobernante cubano utilizó el “Adenauer” hasta que llegó su limousine 600 en 1965, por lo que en ese entonces envió el auto que otrora utilizara Batista a la embajada de Cuba en Canadá, donde prestó servicios hasta la década del 70.
Por motivos que se desconocen, el auto fue almacenado por 40 años hasta que su actual dueño lo pudo comprar en 2015 y llevarlo a Florida, Estados Unidos. Luego de sólo una revisión mecánica, el auto de tan solo 15.000 millas permanece en condición original a excepción de la pintura que fue repasada en 1970. Pudimos verlo en funcionamiento hace unas semanas en el Amelia Island Concours d’elegance donde ganó un Amelia Award.