En la noche de ayer fue encontrado el cadáver de un cubano abandonado a su suerte en una calle de la ciudad de Pinar del Río y los vecinos grabaron el momento en el que un grupo de médicos y militares se niegan a recogerlo por temor a que haya muerto por el coronavirus y quedar contagiados.
En un video colgado en Facebook por uno de los testigos que estaba presente al momento de ocurrir esta insólita escena se puede ver la inacción tanto de los oficiales de la policía como de los empleados de los servicios funerarios, quienes se niegan a recoger el cuerpo del fallecido.
Nuestra redacción contactó con Emanuel Jesús, presidente del CDR que transmitió por Facebook lo que esta presenciando, quien nos explicó que se trataba de un vecino de la calle Osmani Arenado, en la capital provincial de Pinar del Río. Según nos contó, esta persona había estado en horas de la mañana de ayer en el hospital ‘Abel Santamaría’ pues se sentía mal. Allí lo diagnosticaron con una presión alta y un principio de hipoglucemia, pero le dieron el alta y lo enviaron a su casa.
https://www.facebook.com/emanuel.jesus.9638/videos/543069809920298/
Unas horas después, lo visitó en su hogar una doctora y le pidió que lo lo acompañara al policlínico “Pedro Borrás”, pero el ciudadano se negó. Al cabo de una hora, con la ayuda de la PNR, se lo pudieron llevar al policlínico sobre las 8 de la noche.
Casi 4 horas después, Emanuel tuvo noticia de un cadáver tirado en la calle Isabel la Católica, y corrió casi tres kilómetros para llegar y comprobar que el muerto era la misma persona que él había enviado al hospital. A las tres horas llegaron los peritos, que se negaron a tocar el cuerpo.
Entre las protestas de los vecinos, quienes criticaban la actitud de los médicos y los oficiales de la policía, una vecino llamada Ofelia se puso un par de guantes y un nasobuco de tela para ayudar a cargar el cuerpo del hombre fallecido y ponerlo dentro de un ataúd.
La forma de actuar de los que debían en este momento dar el paso al frente deja mucho que desear, y echa tierra sobre el comportamiento de miles de doctores, técnicos y enfermeras que se la juegan en la zona caliente de contagio del coronavirus dentro de los hospitales.
