Las calles de la hermosa ciudad de Trinidad lucen desérticas… en las ultimas 48 casi nadie sale a recorrerlas, el temor se siente en la puerta de cada vecino. Allí se han detectado 6 de los 80 casos que han sido positivos ha coronavirus en Cuba en las ultimas dos semanas.
El bullicio que habitualmente anima esta urbe y el ir y venir de extranjeros tomándose fotos ya es solo parte de las fotos. Las personas prefieren quedarse en casa, a buen recaudo, alejados de todas las posibilidades de contagiarse con el coronavirus… cualquiera puede tenerlo, varios de los que dieron positivos a la enfermedad estuvieron algunos días recorriendo las calles adoquinadas de la ciudad.
Atrás ha quedado el alboroto de los niños camino a la escuela, la música en los bares, las cafeterías y los restaurantes. Los trinitarios rumorean que hay varios infectados entre los vecinos de la ciudad, pero nadie se atreve a señalarlos.
Algunos, más temerarios, todavía andan por las calles innecesariamente, desafiando el virus… sin respetar la distancia aconsejada, sin nasobucos o permitiendo a los niños corretear fuera de casa.
El Gobierno sigue insistiendo en que los cubanos no tienen percepción de riesgo, aunque la realidad es que están poniendo contra la espada y la pared a otros, incluso a su propia familia. Las autoridades amenazan con reforzar la presencia policial y aplicar duras multas, pero la realidad sigue siendo otra.
Muchos cuentapropistas han tenido que cerrar sus negocios, alentados por la suspensión de turismo en el país… en especial en este pequeño polo turístico y en Viñales, lugares de donde el Gobierno se apresuró a evacuar los pocos extranjeros que quedaban en pocas hora a comienzos de esta semana, para trasladarlos a hoteles en la La Habana y Varadero donde los tienen concentrados y en cuarentena obligatoria.
Este martes fueron trasladados la mayor parte de los 180 turistas que permanecían en casas de arrendamiento en esta ciudad, uno de los destinos más importantes de Cuba.
Cerca de 100 trinitarios se encuentran en vigilancia en el centro de aislamiento que funciona en una de las villas de playa La Boca, donde los pacientes deben cumplir estrictas medidas por un período de 14 días; en tanto, los viajeros cubanos procedentes del extranjero son ubicados en la villa Trinidad 500.
«La gente está asustada y ya la chivatería anda a la orden del día. Muchos han echado pa´lante a los cubanos que regresaron antes del 24 de marzo del extranjero y que andan por la calle como si nada, incumpliendo el aislamiento requerido en sus casa, así como a los que con síntomas respiratorios no están acudiendo al médico», nos confesó Andrés Manuel, dueño del paladar La Cumbre, ubicado en el centro histórico de la ciudad.
En Trinidad cualquier precaución es poca si se tiene en cuenta que el primer reporte del coronavirus en Cuba se originó en esta villa con la confirmación de tres turistas italianos, luego un estadounidense y hasta hoy dos trinitaria, titular de una casa de hospedaje; esta última se mantiene bajo tratamiento en el Hospital Comandante Manuel (Piti) Fajardo, de Villa Clara y con una evolución favorable.