Una pareja de abuelitas gemelas cubanas se han convertido en tendencia en las redes sociales en las ultimas horas por dos razones particulares: Son gemelas y cumplieron 94 años de vida.
Hijas de madre campesina, nacieron en el intrincado batey La Teresita, en la antigua provincia de Camaguey, hoy provincia de Ciego de Ávila. “¡Puja fuerte que ya viene!” relatan ambas que gritó la comadrona al darse cuenta que se trataba de dos niñas, según les contó su mamá.
Como solo esperaban una, tuvieron que colocarlas a las dos en una única cuna. Ambas nacieron muy débiles, y la comadrona las arropó con algodones y botellas de agua caliente pues todos pensaban que no se salvaban.
Por todo el pueblo corrió la noticia de boca en boca, curiosos y amigos llegaron a ver a aquellas dos criaturitas que no sumaban unidas más de cinco libras.
Milagro, suerte o destino, se conjugaron para que aquellas pequeñas se convirtieran a los seis meses en dos robustas niñitas, como demuestra una fotografía que ambas conservan y que data del año 1926.
“Fíjate si éramos dos “findinguitos” que el anillo de la abuela nos entraba en la muñeca cual si fuera una esclava”, confesó una, mientras la otra, agregó: “Cuando a mamá se le secaron los pechos, comenzó a amamantarnos con leche condensada, ¡y mira qué tronco de niñas logró!”.
Ha llovido mucho desde entonces, pero estas dos princesas aun parecen unas quinceañeras, o al menos así disfrutaron de una sesión fotográfica regalada por un mago del lente cubano que las entrevistó a propósito de sus 92 primaveras para la prensa estatal.
Así salieron a recorrer las calles de su pueblo Teresa Gladys, la primera en nacer, y Teresa Hilda Pérez Martín.
Todos tenían que ver con ellas, todos las felicitaban y preguntaban: ¿Cuántos cumplen? ¿Nos invitan a la fiesta? Ellas, sonrientes, respondían: “15 años, pero seis veces y un poquito”.
Sus hijos dicen que se quieren más entre ellas que a ellos mismos. Como dato curioso confiesan que no quisieron casarse juntas porque decían que traía mala suerte, por lo que una se casó en la mañana y la otra en la tarde, pero el mismo día.
¿Y cuál es su sueño?, preguntó el periodista. Echaron un sonrisa y respondieron al unísono: “¡Ay, hijo, llegar a los cien años juntas, aunque nos parece difícil pero no imposible!”.