Los padres de la joven cubana Melissa González no encuentran consuelo tras el misterioso asesinato de su hija el pasado viernes en la autopista I-95 de Miami. Ahora se han unido a la policía para pedirle a la comunidad su ayuda en busca de cualquier tipo de información que permita dar con el paradero de los asesinos.
«Acabaron con la vida de mi familia completa, con mi vida, con la vida de mi hija Melissa», dijo llorando desesperada Sheila Núñez, madre de la joven cubana de 22 años, en una entrevista con Univisión.
«Quiero que el asesino me diga por qué lo hizo y si no tiene madre, si no tiene hijos», se cuestionó la madre de Melissa.
Su padre, José González, también esta viviendo una doble pesadilla luego de enterarse de la muerte de su hija y por no poder estar junto a ella, pues vive en Cuba.
“Quisiera verla por última vez aunque sea de otra forma”, dijo desde la isla el padre al citado medio.
Ahora la familia está tratando de obtener una visa humanitaria para que el hombre pueda viajar a Miami a ofrecerle el ultimo dios. La oficina del senador cubanoamericano Marco Rubio está colaborando con el trámite legal para que el padre pueda hacer este viaje. En un comunicado ofrecido por su oficina de prensa, Rubio ha dicho que se encuentra en contacto con los familiares de Melissa para «poder asistirlos durante estos difíciles momentos».
Melissa González estaba manejando su vehículo junto a su novio, Julián Véliz, en la I-95, a la altura de la calle 79, cuando recibió un disparo. Él tuvo que maniobrar el vehículo desde el asiento del copiloto para detener el carro, cuando su novia sucumbió por el disparo que vino desde otro auto de color oscuro. El joven dice que esas imágenes jamás se borrarán de su memoria.
“No fue un tiroteo, fue un solo disparo, se me impactó la niña y la desplomó”, explica entre lágrimas Julián Veliz, quien revivió el doloroso y aterrador momento del que fue testigo cuando un disparo alcanzó a su novia cobrándole la vida.
Melissa González estaba próxima a cumplir 23 años en pocos días y deseaba convertirse en abogada como su hermano mayor. Su gran sueño era comenzar a trabajar para intentar llevar consigo a Miami a su padre y su hermano, los cuales aun viven en Cuba.
Los familiares de Melissa piden que se haga justicia. Mientras tanto, la policía pide la ayuda de la comunidad para encontrar a los responsables de este crimen y ofrecen $3,000 de recompensa a quien ofrezca información.